(Bloomberg Gadfly).- En los próximos cinco años, la mayoría de los consumidores estadounidenses habrán comprado un smartphone de marca china. Esa perspectiva puede crispar a los pretendidos patriotas de Estados Unidos y a los candidatos presidenciales, pero es una realidad.
Descontados Apple y Samsung, las marcas chinas dominan el mercado mundial de smartphones. LG consigue alguna victoria de vez en cuando, Blackberry aún no está muerta, y Nokia sigue yendo de una crisis de identidad a otra, pero la tendencia es irreversible.
Sin embargo pídale a cualquier consumidor en Estados Unidos que nombre un teléfono inteligente que no sea Apple, o cuando menos uno que no sea Apple ni coreano. Solo hay un camino que las marcas chinas pueden tomar de aquí en más. Su dominio inminente es un hecho, no solo especulación o alarmismo.
Del mismo modo que los fabricantes de televisores Zenith, Motorola y RCA fueron a la larga reemplazados por marcas japonesas como Sony, Sharp y Panasonic, pronto las marcas chinas se apoderarán del mercado de EE.UU.
El último en entrar parece ser Xiaomi. La upstart, con una elevada valuación, parece estar lista para incursionar en uno de los mercados de productos electrónicos más importantes del mundo. Aunque China es más grande por volumen, Estados Unidos es lucrativo, porque los precios promedio de los dispositivos son mucho más altos.
En una entrevista con Bloomberg Television el viernes, el vicepresidente de Xiaomi y representante internacional Hugo Barra dijo que la incursión en Estados Unidos es inevitable:
“Vamos a liderar con las redes sociales, con los canales que nos permitan estar en contacto con las nuevas generaciones entusiastas por la nueva tecnología. Sin duda alguna llegaremos allí”.
La entrada de Xiaomi a Estados Unidos ha sido puesta en duda, por la suposición de que la empresa china, muy criticada como una imitadora de Apple y otras marcas, podría enfrentar de inmediato demandas de propiedad intelectual.
Sin embargo, la compra de Xiaomi este verano de cerca de 1.500 patentes a Microsoft parece haber mitigado esas preocupaciones y dado a la empresa china el oraje para entrar directamente al terreno de Apple.
La compañía china no estará falta de compatriotas. ZTE, la sexta marca de teléfonos inteligentes a nivel mundial, ocupa el cuarto lugar en Estados Unidos, mientras que TCL-Alcatel ocupa el quinto lugar. Y luego está Huawei, ahora la número tres en el mundo, que empezará a vender su dispositivo más reciente bajo la marca Honor esta semana. Con tecnología sólida, fortaleza financiera y aspiraciones globales, es de esperarse que haya más Huawei en Estados Unidos en los próximos años.
Lo que es importante acerca de Xiaomi es que junto con la marca, la empresa podría traer el mismo modelo de negocios que adelgazó las ganancias en el mercado chino de smartphones: venta directa online, marketing centrado en las redes sociales y márgenes muy estrechos.
Ese modelo de negocio ha demostrado ser tan convincente que Lenovo (que ahora es propietaria del negocio de teléfonos inteligentes de Motorola) y Huawei lo han incorporado a sus propias estrategias, mientras que Oppo y Vivo son los principales beneficiarios. Con cada vez menos diferencias entre los modelos de Android, esta lucha de precios augura una disminución en la cuota de mercado de Apple y Samsung.
Esto significa que la expansión china haría que Estados Unidos empezara a parecerse a cualquier otro mercado del mundo. Mientras que Apple y Samsung tienen un total combinado del 59 por ciento del mercado estadounidense, según Counterpoint Research, su cuota es de sólo el 33 por ciento a nivel mundial. Firmas chinas ocupan del tercer a séptimo lugar.
Así que aunque los nostálgicos podrían lamentar el ascenso de China, deben aceptar el hecho de que la industria de teléfonos inteligentes de Estados Unidos ya pasó su cenit.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.