A pesar del auge de fabricación nacional, para comprar un smartphone, una tablet o una notebook se necesitan más salarios que en Chile, Brasil, México y hasta Perú.
La última década no ha sido precisamente la ‘década ganada’ para el acceso a la tecnología en Argentina. Desde octubre de 2004 a la actualidad, hubo una constante que se repitió todos los años: el país siempre se ubicó como el de peor acceso a los productos tech de la región. También el más caro.
Y como si fuera poco, a partir de las restricciones cambiarias y el freno a las importaciones, se convirtió en el más retrasado en cuanto a la oferta de productos de última generación. Así, acceder a un dispositivo inteligente se ha convertido en una decisión cara y con complicaciones de todo tipo.
El tipo de cambio y el costo en dólares de los productos ubica a la Argentina como el país de América latina donde más salarios promedio se necesitan para comprar un smartphone, tablet, notebook o cualquier otro aparato tech.
Ni siquiera el “impuestazo tecnológico” aplicado desde 2009 a los productos que no fueran ensamblados en Tierra del Fuego, permitió equilibrar precios y abaratar la oferta nacional.
El combo entre este impuesto, la elevada inflación, la devaluación de principios de año y los altos costos laborales terminaron por causar una subida generalizada y constante tanto en los equipos ‘industria nacional’ como en los pocos que todavía ingresan del exterior.
Esta fotografía sobre el real escenario de la tecnología local surge de un informe difundido por la consultora Marco, Marketing Consultants que viene elaborando desde hace una década un índice anual sobre la brecha IT local. El llamado Índice Marco de Brecha Digital elaborado por la empresa especializada compara la cantidad de salarios promedio que se necesitan en cada país para comprar distintos productos IT, que fueron cambiando con el correr de los años.
Según sus creadores, “el objetivo era crear un índice simple que graficara claramente la capacidad de compra en Argentina Brasil, Chile, México, Colombia, Perú y Estados Unidos”.
El estudio asegura que la Argentina encabeza el ranking de países de la región donde más salarios promedio se necesitan para acceder a la tecnología. El más accesible es Chile, donde se necesita menos de un salario (0.96) para comprar, por ejemplo, una notebook. Esto se debe a que tiene los salarios en dólares más altos (exceptuando Estados Unidos) y precios competitivos.
Por su parte, en Argentina hay que destinar 2.2 salarios promedio. Brasil se acerca más a la situación chilena y México a la local, donde se necesitan 1.42 y 2.16 salarios promedio respectivamente.
En el caso argentino, el documento de Marco explica que “el problema no es el nivel salarial sino el altísimo costo de los productos. Desde que incorporamos Perú a la medición, Argentina comparte el peor puesto con este país”.
El documento sostiene que la diferencia entre la cantidad de salarios promedios necesarios en Argentina y Chile para comprar una notebook intermedia es del 129%.
Pero si se comparan notebooks de alta gama, la brecha asciende al 166%.
“Esto quiere decir que en productos de gama media, Argentina logra una mejor situación comparativa, aunque sigue siendo mala, con el resto de los países en los que si relevamos productos de muy alta gama”, según Marco.
En el caso de los smartphones se da una situación similar. Todos los que se venden en Argentina son ensamblados localmente. Sin embargo, son 67% más caros que en Chile, donde son importados.
Incluso, todos los productos analizados por el informe (notebooks promedio o intermedias; notebooks de última generación; MAC Books; AIO; tablets y smartphones son hoy menos accesibles en Argentina que hace seis meses.
Según el informe, este año la situación se está agravando ya que en todos los productos analizados se necesitan hoy más salarios promedio que hace seis meses. “Esto se debe a que el salario promedio se mantuvo estable, el dólar oficial pasó de $7.88 a $8.33 y los precios de los productos aumentaron de manera extraordinaria”, explica Marco. Por ejemplo, las computadoras “all in one” están un 35% más caras; las tablets de última generación un 87% y los smartphones un 23%.