Hace tres años, la empresa Rovio disfrutaba el éxito de su simple y adictivo juego llamado Angry Birds. Sus oficinas en Espoo, Finlandia, estaban repletas de nuevos empleados y las paredes lucían coloridos dibujos de las aves y cerdos del exitoso juego para celulares.

Los ingresos de la compañía se habían triplicado en el último año, el personal había aumentado de 28 a 224 y los gerentes daban indicios de lanzar una oferta pública inicial (OPI), según un artículo en el portal de Forbes.

Un año más tarde, Angry Birds llegaría a mil millones de descargas y se convertiría en el juego para celulares más popular de todos los tiempos. En ese entonces, Rovio estaba trabajando en diversos proyectos –entre ellos una película, un libro de cocina, juegos infantiles, etc.– todos basados en los emplumados personajes.

En cierto modo, no era tan mala idea explotar al máximo la marca por todo lo que valía. Desde entonces, Rovio ha tenido problemas para crear un juego tan popular como Angry Birds, el cual tomó años para ser desarrollado y casi no sale al mercado. Rovio había creado en esencia una maravilla de fugaz éxito.

Angry Birds ahora ha caído en el ranking de App Store, y la semana pasada, el CEO de Rovio anunció una reducción del 16% del personal de la empresa, es decir 130 empleados.

“Hemos estado formando nuestro equipo en base a una hipótesis de un crecimiento mayor del que se ha materializado”, Hed escribió en un blog. El ejecutivo ahora está trabajando en la construcción de una “organización simplificada”.

Los desarrolladores de videojuegos hacen todo lo posible para predecir qué juegos serán un éxito viral, pero la realidad es que los éxitos virales pueden resultar más una maldición que una bendición, debido a la tentación de destinar los nuevos ingresos a la creación de una compañía más grande y compleja.

Y nunca hay garantía de que habrá otro juego de gran éxito. El mismo gerente de marketing de Rovio, Peter Vesterbacka, reconoció que es “muy difícil producir éxitos consistentes”.

Zynga aprendió la misma dura lección después del gran éxito de FarmVille, y la flor de un día que fue Draw Something. Cuando finalmente despidió a 520 empleados el año pasado, el colaborador de Forbes, Paul Tassi, señaló que Zynga había cosechado “lo que han sembrado digitalmente”, después de haber clonado –según los medios– otros juegos a tal punto que la empresa cayó en “bancarrota creativa”.

King.com podría estar en camino a experimentar algo similar. En el último trimestre de 2013, una caída en las ganancias e ingresos acompañó un declive de Candy Crush en el ranking de App Store.

¿Por qué? Pues King.com derivó aproximadamente tres cuartas partes de sus ingresos del juego móvil enloquecedoramente adictivo. No es de extrañar que en el día de su salida a la bolsa en marzo sus acciones cayeron alrededor de 9% de su precio inicial. Ahora están cerca de los $ 12, casi la mitad de su precio de salida a la bolsa.

La noticia de un recorte de empleos en Rovio no debería ser una sorpresa para la gente en la industria de videojuegos. La pregunta es si las historias de éxito más recientes procedentes de desarrolladores como Supercell (con el exitoso juego Clash of Clans) y Kabam sufrirán un destino similar.