(AFP) Fundado en el 2009 por el encarcelado dirigente Leopoldo López, el partido Voluntad Popular (VP) es uno de los mayores enemigos del chavismo -que lo acusa de “terrorista”- y en ocasiones un aliado incómodo de la oposición venezolana.
Ideológicamente se autodefine como de centro-izquierda, aunque el gobierno de Nicolás Maduro dice que representa a la “extrema derecha” dentro de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), integrada por una treintena de partidos.
Analistas lo consideran en todo caso el ala radical de la MUD, que controla el Parlamento y acaba de iniciar un diálogo con el gobierno para resolver la crisis política, del que se marginó VP.
“No es un partido conservador ni comunista”, señaló a la AFP el diputado Freddy Guevara, coordinador de la agrupación, que tiene 15 parlamentarios y 16 alcaldes.
VP se empezó a forjar en el 2004 aglutinando los movimientos estudiantiles universitarios opuestos al fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
De ahí emergieron muchos de sus miembros, que en el 2007 comenzaron a organizar protestas contra el gobierno y en el 2011 se constituyeron como partido.
Protestas y discordia
Desde entonces la colectividad está en la mira del chavismo. López, de 45 años, fue inhabilitado políticamente dos veces, lo que le impidió enfrentar a Chávez en las elecciones del 2012.
El dirigente fue detenido en febrero del 2014 acusado de la violencia que se desató tras una marcha convocada por él en Caracas contra Maduro, y que desembocó en tomas y cierres de calles continuados por tres meses con saldo de 43 muertos.
López fue condenado a casi 14 años de cárcel por incitar a la violencia en esos hechos conocidos como “La Salida”. Según Lilian Tintori, esposa de López, unos 261 militantes de VP sufren distintos tipos de “persecución”.
El saldo fatal de “La Salida”, que dejó además cientos de detenidos y buscaba presionar la renuncia de Maduro, generó un distanciamiento entre VP y otros partidos opositores, en desacuerdo con las formas de protesta de esa colectividad.
“Todos los partidos (de la MUD) tenemos posiciones incómodas para los demás y nuestras posiciones han sido incómodas”, admite Guevara.
Beligerancia útil
Sin embargo, el parlamentario destaca la “comprensión” de la MUD luego de que VP decidió separarse del diálogo iniciado el 30 de octubre -aduciendo que no hay condiciones- y la “solidaridad” tras el ataque de Maduro, dos días después, al tildarlo de “terrorista” y pedir acciones judiciales contra su cúpula.
Otras 15 formaciones de la MUD se apartaron de la mesa.
La agrupación rechazó que, como resultado del diálogo a instancias de El Vaticano, se haya aplazado un “juicio político” a Maduro por parte del Parlamento, y una marcha hacia el palacio presidencial de Miraflores.
“Preferimos que haya un cambio por la vía electoral, pero asumimos que si el gobierno la quita, lograrla de nuevo solo es posible a través de la lucha no violenta, la movilización masiva”, apuntó Guevara, quien sostiene que la diferencia de VP con otros partidos opositores es que “desde el principio llamó a esto dictadura”.
Pese a las expresiones de solidaridad de la MUD, el politólogo Nícmer Evans estima que el diálogo ha llegado a un nivel que “implica el sacrificio de sectores radicales”, entre ellos VP.
Pero es “impensable” que ese proceso pueda dar resultado “mientras Voluntad Popular y otros actores no estén allí representados”, opina por su parte el jurista Juan Manuel Raffalli.
Sin embargo, el analista Héctor Briceño cree que, más allá de las diferencias, VP le da a la MUD “solidez para jugar en los dos frentes (calle y diálogo), cosa que no tenía antes y pone en aprietos al gobierno”.