“Dicen que estoy viejo, pero el coco y la experiencia me funcionan”, dijo Pedro Pablo Kuczynski cuando sus adversarios políticos, en plena campaña presidencial, cuestionaban su edad como un impedimento para gobernar un país de 30 millones de habitantes, con una informalidad galopante y la delincuencia a flor de piel.
Kuczynski les saco la lengua, y en unas horas, jurará a la presidencia del Perú.
Con 77 años, se convertirá en el gobernador de más edad en la vida republicana del país, luego de una campaña presidencial ruidosa y ante un ajustado margen en las urnas, dejando atrás a su contrincante de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
“Tú no has cambiado pelona”, fue la frase que en el último debate presidencial, lo catapultó a la Casa de Pizarro.
No fue la única frase que se volvió tendencia y llamó la atención de los medios de comunicación. En marzo de este año, obtuvo serias críticas por calificar a la postulante de Frente Amplio, Verónica Mendoza, como una persona “media roja que no ha hecho nada en su perra vida”. Esta situación lo llevo a disculparse posteriormente.
“Sube, sube PPK”, fue el estribillo que lo acompañó en los meses de verano y cuyo voz se escuchó con más fuerza en la segunda vuelta presidencial.
El ex banquero de Wall Street, que renunció a su nacionalidad americana y tomó más de una cerveza en el calor popular durante los mítines de campaña logró sortear – sudando la gota gorda en más de una oportunidad – las pullas de la facción más recalcitrante del fujimorismo y también la posición de un sector de la población que lo miraba con desconfianza (y cuya escepticismo persiste) por su pasado en el sector empresarial.
A horas para colocarse la banda presidencial, recibirá un país temeroso por las altas cifras de criminalidad en las calles y en materia económica, una Nación que dejo de crecer con la intensidad y el ritmo que venía haciéndolo hasta hace cinco años.
Según el FMI, la economía peruana crecerá este año en 3.7% y el 2017 en 4.1%. El gobierno saliente prometió mucho, pero logro poco.
PPK tendrá el reto, según The New York Times, de “superar una resaca que no es económica sino política e institucional”. Superarla consiste – en opinión del medio americano – en tomar conciencia de que los años de boom económico transcurrieron sin empujar las reformas más necesarias ni consolidar la democracia.
“Si el gobierno de PPK no revierte la tendencia de los últimos lustros transitará una ruta bien conocida por sus predecesores Toledo, García y Humala: la satisfacción personal del crecimiento y el repudio público de los ciudadanos”, advierte The New York Times.
Llegó la hora de PPK: como decía su eslogan usado en campaña ¡se acabó el recreo!