AFP.- El hospital público de Coche, una populosa barriada de Caracas, es una ejemplo de la palpitante crisis médica venezolana. Solo hay agua tres días por semana, huele mal, los botes de basura están abiertos y las moscas vuelan por los pasillos. Uno de cada tres quirófanos está cerrado por contaminación.
Esta exposición a agentes contaminantes tiene consecuencias trágicas. Según el doctor Efraim Vegas, residente de traumatología, algunas personas han terminado amputadas por falta de asepsia en los quirófanos.
En Coche se reutilizan tubos respiradores: varios esperan para ser lavados junto con un bisturí eléctrico desechable. Hay 18 médicos y se requiere el triple.
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“Ayudo a morir”
La situación se repite en muchos de los 320 centros médicos públicos del país, hundido en una crisis económica agravada por la caída del petróleo, prácticamente su única fuente de ingreso.
Vegas vio morir, retorciéndose de dolor, a un joven con un tiro de escopeta en la rodilla. “No tenía suero, hemoderivados, sangre ni morfina”, recuerda el doctor, que en dos años presenció otras muertes por falta de insumos básicos.
En emergencias solo hay cinco soluciones endovenosas para la guardia nocturna, lo necesario para estabilizar solo a un baleado, cuando pueden llegar hasta 20 pacientes. “Me siento atado de manos (…), no puedo curar, alivio y ayudo a morir”, dice.
El hospital de Coche sirve a una zona de 150 mil personas, muchas de barrios donde las autoridades ejecutan desde 2015 operativos especiales contra una criminalidad desbordada.
Por falta de cupo en las morgues, los cadáveres de los abatidos son dejados en la del hospital que llega a albergar hasta una docena, aunque solo hay espacio para cuatro, según Vegas.
“Los cuerpos a veces pasan ahí hasta 72 horas y explotan. Es terrible porque todo huele a putrefacción. Es un hospital de guerra”, relata el médico de 29 años.
Según el Observatorio Venezolano de la Salud, la escasez de material quirúrgico afecta a 81% de los servicios hospitalarios, y la de medicinas para los pacientes, a 76%. Solo 15,230 camas están operativas (34,8% del total), cuando se requerirían 100,000.
La AFP pidió hace una semana una entrevista con la ministra de Salud, aún sin respuesta. El gobierno de Nicolás Maduro afirma que las fallas son puntuales y están resolviéndose.
Según el gobierno, la “revolución” socialista invirtió 250,000 millones de dólares en salud en los últimos 13 años, especialmente en un programa de atención primaria que envía médicos -muchos cubanos- a zonas populares.
Aunque la inversión llegó a Coche, muchos equipos no sirven por escasez de repuestos.
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“Un acto de heroísmo”
Sin infectólogo, los doctores identifican bacterias por el olor del pus, cuenta uno de ellos, bajo anonimato.
Los doctores deben sortear además robos y agresiones de pacientes y familiares, comenta Vegas. “Ser médico en Venezuela es un acto de heroísmo”, añade su colega.
Vegas gana el equivalente a US$ 60 mensuales y dice haber bajado 26 kilos porque sólo tiene para comer dos veces al día. Posiblemente se irá del país, como otros 13,000 doctores durante la era chavista, según la Federación Médica. En Venezuela hay unos 70,000.