(AFP) La escalada del conflicto entre el gobierno chavista de Nicolás Maduro y un fortalecido parlamento opositor adentra a Venezuela en una crisis institucional, que complica aún más la solución de la grave crisis económica y profundiza la polarización del país.
Diputados chavistas pidieron este jueves al TSJ declarar “nulas” las decisiones de la Asamblea Nacional, por considerar que cometió “desacato” al juramentar el miércoles a tres legisladores opositores, cuya proclamación había suspendido el órgano judicial al admitir una impugnación del oficialismo.
“Si el Poder Legislativo está en desacato, al margen de la Constitución y del Poder Judicial, aquí lo que cabe es hacer caso omiso de las decisiones que tomen en este circo que han montado. Estamos ante un parlamento ilegal y por tanto sus decisiones son ilegales, nulas”, advirtió el diputado Pedro Carreño en la sede del TSJ al presentar la demanda.
En abierto desafío al TSJ, al que la oposición acusa de servir al chavismo, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reivindicó con esa juramentación la mayoría calificada de dos tercios (112 de las 167 curules) que ganó en los comicios del 6 de diciembre, enterrando casi 17 años de dominio chavista en el Congreso.
“Nosotros no hemos incurrido en desacato, quienes incurren en desacato es quien desacata la voluntad popular recientemente después de las elecciones”, refutó el presidente parlamentario Henry Ramos Allup, un curtido diputado y acérrimo antichavista de 72 años.
Carreño también fustigó que la mayoritaria bancada de la MUD creara una comisión para revisar el nombramiento de 34 magistrados del TSJ, hecho por los oficialistas poco antes de dejar el control legislativo.
“Estamos en un proceso de transición muy especial. Hay una confrontación porque no había separación de poderes”, precisó a la AFP Mercedes Pulido, académica de prestigiosas universidades venezolanas.
Colisión frontal
El martes, en la instalación del Legislativo, Ramos Allup planteó la hoja de ruta de la MUD: presentar en un plazo máximo de seis meses una vía legal para cambiar el gobierno, aprobar pronto reformas económicas y una amnistía para presos políticos, por la cual abogó este jueves la jerarquía de la Iglesia católica.
El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Diego Padrón, confió en que la Asamblea legislativa “tomará medidas que contribuyan a la distensión y la reconciliación, como será la amnistía para los presos políticos y la vuelta de los exiliados”.
“El conflicto es inevitable. Dicen que nos dan seis meses de vida. Para un golpe de Estado se necesitan cojones. Vamos a ver si los tienen”, afirmó el número dos del chavismo y exjefe parlamentario, Diosdado Cabello, quien también retó a la MUD a aprobar la amnistía: ¿Quién les va a soltar a los presos?, cuestionó.
Las cartas que tiene la MUD para cumplir su cometido de cambiar al gobierno son un referendo revocatorio para cuando Maduro, elegido en abril del 2013 por seis años, cumpla la mitad de su mandato, una reforma constitucional o una Asamblea Constituyente.
Carreño, quien precisó que también fue solicitado al TSJ ordenar que no se publique ninguna decisión legislativa en la gaceta oficial, acusó a la MUD “de montarse en el Parlamento” para dar un “golpe de Estado”.
Para encarar la nueva realidad política del país con lo que llama “un parlamento burgués” y una creciente crisis económica, Maduro reorganizó el miércoles su gobierno con un gabinete que reveló la apuesta por una línea dura de izquierda en materia económica.
“El respaldo del presidente al ala ideológica del chavismo, marginando a los pragmáticos, no permite generar expectativas positivas de cambio. Las expectativas de conflicto institucional aumentan las expectativas negativas sobre la evolución de la economía nacional”, opinó el economista Luis Vicente León.
Con las mayores reservas petroleras del mundo, Venezuela sufre el desplome de los precios del crudo -fuente del 96% de sus divisas- un déficit fiscal de 20% del Producto Bruto Interno (PBI), 200% de inflación, severa escasez y una contracción económica del 6% en el 2015, según cálculos privados.
¡A Chávez no se le toca!
En lo que el oficialismo recibió como un “claro acto de provocación”, Ramos Allup ordenó retirar del palacio legislativo todos los cuadros e imágenes del fallecido líder socialista Hugo Chávez, tras lo cual Maduro expresó su “indignación” y llamó a “rebelarse” contra esas “manifestaciones neofascistas” y “antipatriotas”.
“¡A Chávez no se le toca! Que nos respeten al pueblo, porque si no se van a arrepentir”, gritaba un hombre con un retrato del expresidente en una concentración en la Plaza Bolívar, en el centro de Caracas.
Como “desagravio”, el gobierno anunció que llenará los espacios públicos de Caracas con imágenes de Chávez y del libertador Simón Bolívar.
“No ha habido ningún lenguaje peyorativo lo que ha habido es restitución o reparación de un abuso”, reaccionó Ramos Allup.
El nuevo presidente parlamentario dijo estar a la espera de que Maduro lo invite al Palacio Miraflores para dialogar. “¿Será que no quiere oír lo que le voy a decir?”, preguntó con sarcasmo.