Carcas (Reuters).- Venezuela dio un plazo de 48 horas para que abandonen Caracas los tres diplomáticos estadounidenses que expulsó el Gobierno luego de acusarlos de financiar las protestas opositoras que estremecen al país petrolero.
El presidente Nicolás Maduro ha asegurado que las recientes manifestaciones en su contra -que han dejado tres muertos, cientos de heridos y numerosos daños- forman parte de un intento de golpe de Estado planeado por la oposición con financiamiento de Estados Unidos.
“Estos funcionarios están obligados a retirarse de la patria soberana e independiente de Venezuela en las próximas 48 horas, por estar activamente participando de la organización y la promoción de estos grupos que intentan generar la violencia en nuestro país”, dijo el canciller Elías Jaua.
Jaua argumentó que esos funcionarios han recorrido las universidades con el pretexto de promover programas para el otorgamiento de visas a estudiantes.
“En el fondo es la cubierta para realizar los contactos con los dirigentes que captan para el entrenamiento, el financiamiento y para la creación de organizaciones juveniles mediante las cuales se genera la violencia”, agregó en una conferencia de prensa.
El Departamento de Estado de Estados Unidos rechazó las acusaciones.
“Los alegatos de que Estados Unidos está ayudando a organizar protestas en Venezuela no tienen base y son falsos. Apoyamos los derechos humanos y las libertades fundamentales, en Venezuela y en el mundo. Pero como siempre hemos dicho, el futuro político de Venezuela es decisión de los venezolanos”, dijo Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado.
Los expulsados son los segundos secretarios con funciones de vicecónsul Breann Marie McCusker y Jeffrey Elsen y el segundo secretario Kristopher Clark, detalló.
En la mayoría de las protestas que han encendido las calles del país sudamericano desde principios de febrero han participado activamente jóvenes universitarios.
Miles de venezolanos se han mantenido en las calles para protestar contra el Gobierno por los problemas económicos y de seguridad, mientras que el líder opositor Leopoldo López preparaba para el martes una marcha desde la clandestinidad que amenaza con caldear las manifestaciones.
El Departamento de Estado estadounidense expresó el sábado estar “preocupado” por la tensión que acompaña las protestas e instó al diálogo y a la liberación de los detenidos.
Venezuela y Estados Unidos tienen una historia reciente de desacuerdos diplomáticos, dominada por las feroces críticas del Gobierno de Caracas, que ve en Washington a un enemigo de su revolución socialista.
Desde el 2008, cuando el fallecido Hugo Chávez expulsó al embajador estadounidense, ambos países carecen de jefes diplomáticos y sus relaciones están al mínimo.
Dentro de los episodios de disputas entre Caracas y Washington, Maduro expulsó en octubre del año pasado a otros tres diplomáticos estadounidenses y el Gobierno del país norteamericano hizo lo propio con funcionarios venezolanos.
Los intercambios verbales entre ambas naciones llevaron a Venezuela a amenazar con cortar el suministro de petróleo hacia Estados Unidos -su principal mercado de exportación-, pero no pasó a mayores.