(AFP) El presidente estadounidense Donald Trump puso término el jueves en la noche a las negociaciones de la reforma de salud, desafiando a los republicanos rebeldes que amenazan con torpedear su primera gran ley: la derogación del Obamacare.
El mandatario pareció enviar un ultimátum, al hacerles saber a los legisladores republicanos, reunidos de emergencia en el Capitolio, que quiere este viernes una votación de la Cámara de Representantes para derogar y reemplazar el ‘Obamacare’, cualquiera sea el resultado.
“Desastroso Obamacare ha dado lugar a más costos y menos opciones. ¡Sólo continuará para empeorar! Debemos derogarlo y reemplazarlo. ¡Aprueben la ley!”, tuiteó Trump en su cuenta oficial de la Casa Blanca, mientras culminaba la reunión republicana el jueves en la noche.
“Si eso fracasa, vamos a avanzar con otras partes de la agenda” de Trump, resumió el legislador republicano Chris Collins. “Y el Obamacare se mantendrá”.
El Congreso postergó para el viernes la votación de la ley del sistema público de salud, que estaba prevista para este jueves, en un evidente fracaso de las tentativas de Trump para conseguir apoyo unánime de su partido.
El mandatario intentó durante toda la jornada unir a legisladores republicanos para aprobar el proyecto, pero sus esfuerzos no dieron resultado y el presidente de la Cámara de Representantes optó por postergar la votación.
Una votación de procedimiento tendrá lugar este viernes hacia las 10:00 de la mañana (14:00 GMT), antes de una votación final en la tarde.
El legislador Kevin McCarthy, líder republicano en la Cámara de Representantes, admitió que el bloque oficialista aún no contaba con los votos necesarios para aprobar el proyecto.
“Pienso que precisamos de un par más para lograrlo. El presidente ha hecho grandes progresos”, manifestó el legislador.
A su vez, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, tenía previsto ofrecer una rueda de prensa en la mañana, que inicialmente fue postergada a la tarde y finalmente cancelada.
En busca de la unidad
El problema que Trump no logró resolver es que los republicanos están claramente divididos ante el proyecto apoyado por la Casa Blanca para sustituir el actual modelo, conocido como Obamacare.
Una corriente, la más alineada con Trump, considera que el plan es lo que Estados Unidos necesita para superar el modelo Obamacare.
Pero una segunda corriente, más ortodoxa, se opone al proyecto por considerar que no es lo suficientemente conservador y que mantiene aspectos importantes del Obamacare.
En el medio, una parte importante de los legisladores republicanos asume un discurso de cautela porque estudios indican que la nueva ley podría dejar a 14 millones de personas sin ninguna protección médica en el próximo año, un escenario que consideran explosivo para las elecciones legislativas del 2018.
Para tratar de romper esta situación, Trump convocó a la Casa Blanca a representantes del ‘Freedom Caucus’, un bloque de corte conservador y que se opone firmemente al proyecto lanzado por el presidente.
El legislador Mark Meadows, líder de este bloque, dijo al fin de la reunión que “aún no tenemos un número suficiente de nuestros miembros dispuestos a decir sí”.
“Sigo oponiéndome a esa ley. Creo que es peor que el Obamacare”, señaló el legislador republicano Thomas Massie. Antes del anuncio de la postergación, otro republicano, Mike Lee, parecía no tener dudas: “la votación fracasará”.
Un legislador republicano considerado moderado, Charlie Dent, también adelantó que votaría en contra.
En un mensaje en Twitter, Trump formuló un llamado a sus electores: “contacten a sus legisladores y díganles que apoyan la ley”, escribió.
Obama rompe el silencio
La votación que estaba prevista para este jueves habría coincidido con el sétimo aniversario de la adopción del sistema vigente de seguros médicos, conocido simplemente como Obamacare, en referencia a su impulsor, el expresidente Barack Obama.
En este escenario de incertidumbre Obama rompió su silencio. En una nota oficial formuló una clara advertencia: cualquier cambio al modelo Obamacare debe ser para mejorarlo, no para dejar más personas sin cobertura médica.
“Nuestro punto de partida debería ser que cualquier cambio a nuestro sistema de salud sea para mejorarlo, y no hacerlo peor para millones de trabajadores estadounidenses”, expresó el exmandatario.
“Después de un siglo de conversaciones, décadas de intentos y un año de debate partidario, nuestra generación tuvo éxito. Finalmente declaramos que en Estados Unidos el cuidado de salud no es un privilegio para pocos, sino un derecho de todos”, apuntó.
Y en cada oportunidad insistió en que era necesario “seguir construyendo a partir de esa legislación”.