Bloomberg.- El Reino Unido perdió su primera batalla con la Unión Europea sobre el calendario de las conversaciones del Brexit, al tiempo que el principal negociador del bloque advirtió que las consecuencias de salir serán “sustanciales”.
En el primer día de las negociaciones, el gobierno de la primera ministra Theresa May cedió a las demandas de la UE de discutir los términos de su divorcio -incluyendo la cuota de salida- antes de que pueda comenzar cualquier consideración sobre el futuro acuerdo comercial con el mercado común europeo.
El principal negociador de la UE, Michel Barnier, advirtió sin rodeos que tal acuerdo no se concretaría sino hasta después de que el Reino Unido se vaya en menos de dos años. Fue un claro rechazo a la ambición declarada de May de cerrar un nuevo acuerdo de libre comercio rápidamente.
“No estoy en un estado de ánimo para hacer concesiones”, dijo Barnier a periodistas al final del primer día de conversaciones en Bruselas. “El Reino Unido ha decidido abandonar la UE. No es al revés”. Esta postura inflexible no es “un castigo” o “venganza”, sino simplemente una consecuencia de la decisión del Reino Unido de retirarse, dijo. “Las consecuencias son considerables”.
Reloj en marcha
Las conversaciones entre el secretario del Brexit del Reino Unido, David Davis, y Barnier, marcaron el final de lo que ambas partes esperan sea un proceso complicado y de confrontación para revertir más de cuatro décadas de membresía. El reloj está en marcha hasta la medianoche del 29 de marzo de 2019, cuando el Reino Unido saldrá de la UE, con o sin un acuerdo.
Casi un año después de que los votantes británicos tomaron la decisión de abandonar el bloque, Davis llevó un equipo de funcionarios para abrir las negociaciones con Barnier en el edificio Berlaymont de la Comisión Europea el lunes.
Los dos negociadores ya se conocen bien. Ambos fueron ministros de Europa – para Francia y Gran Bretaña, respectivamente – al mismo tiempo durante los años noventa. Trataron de presentar una imagen cordial y amistosa al mundo en su primera sesión. Ambos son excursionistas agudos e intercambiaron regalos que reflejan su interés compartido.
A pesar de las cortesías diplomáticas, la escala del desafío rápidamente se hizo evidente, ya que ambos reconocieron abiertamente el riesgo de que las conversaciones pudieran llegar a sobrecalentarse peligrosamente.
Las negociaciones se iniciaron en un contexto de turbulencia en el Reino Unido después de que la decisión de May de convocar a una votación temprana para fortalecer su posición salió muy mal y de que la primera ministra fue criticada por su respuesta a un terrible incendio en una torre de Londres de viviendas sociales.
Los tories de May están ahora atrapados en conversaciones de poder compartido con el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte, y encara presión de algunos ministros para buscar un Brexit más suave.