(Bloomberg) El tiempo se agota para reformar los programas de visas de trabajo de Estados Unidos.
El presidente Donald Trump y el Congreso han dicho que quieren revisar las políticas que permiten a las empresas traer empleados del extranjero a Estados Unidos.
Pero la fecha límite para presentar solicitudes bajo el programa de visas más controvertido es la primera semana de abril, lo que significa que deben establecerse nuevas reglas para los nuevos solicitantes o las visas que se entregarán este año seguirán las directrices existentes.
El actual programa de visas H-1B ha sido criticado por afectar a los trabajadores estadounidenses y los salarios.
Las visas H-1B fueron creadas hace unas tres décadas para ayudar a las empresas a traer trabajadores calificados de otros países cuando no podían encontrar a aspirantes estadounidenses para llenar esos puestos de trabajo. Pero el programa se ha transformado mucho desde su intención original.
Los estadounidenses están perdiendo puestos de trabajo frente a extranjeros, que tienden a ser recibir una paga mucho menor. La mayoría de las visas ni siquiera van a compañías americanas, sino a empresas extranjeras que usan el programa para sus operaciones en Estados Unidos.
India tendría más en juego en cualquier reforma, ya que recibió casi 70% de todas las visas H-1B emitidas en el año fiscal 2015: 119,952. En un distante segundo lugar quedó China, con 18,306 visas.
“Creo que todos están de acuerdo en que el sistema no funciona”, dice Neil Ruiz, experto en inmigración de Pew Research Center y ex director ejecutivo del Centro de Derecho, Economía y Finanzas de la Universidad George Washington.
Una de las razones es el surgimiento de la industria de subcontratación (outsourcing), que hace 30 años era un negocio naciente. Subcontratistas como Wipro Ltd. de India y Cognizant Technology Solutions de Estados Unidos administran sistemas tecnológicos para empresas en Estados Unidos, Europa y Asia.
En Estados Unidos, se trae a personal al país con visas de trabajo, los capacitan en los departamentos de tecnología de las principales empresas y luego los regresan a India, donde los salarios y los costos de vida son más bajos.
Las compañías de outsourcing ahora obtienen más visas que las compañías de tecnología tradicionales, según los datos recopilados por Ron Hira de la Universidad de Howard a través de solicitudes de información presentadas bajo la ley de transparencia.
Entre las empresas de outsourcing Tata Consultancy Services Ltd. recibió 5,650 visas H-1B en 2014, seguida por Cognizant, con 4,293 e Infosys con 3,454. Entre las empresas que no son de outsourcing Amazon fue el mayor receptor, con 877 visas, seguido por Microsoft con 850 y Google con 728.
La mayoría de las empresas que solicitan visas buscan extranjeros para empleos tecnológicos. Los puestos más solicitados son analistas de sistemas informáticos y desarrolladores de software.
El modelo de negocio ha sido un éxito para las empresas de subcontratación y sus clientes corporativos. Pero los trabajadores sufren. Empleados estadounidenses pierden puestos de trabajo cuando sus empleadores optan por entregar los departamentos de tecnología a empresas de outsourcing, que pagan a los trabajadores con visa H-1B de US$ 65,000 a US$ 75,000 al año, mucho menos que los US$ 100,000 o más que pagan Google y Microsoft.
Bruce Morrison, ex congresista demócrata que ayudó a redactar la ley H-1B original, dice que el objetivo de limitar el número de visas era limitar el número de trabajadores que llegaban a Estados Unidos para ocupar puestos temporales.
En cambio, se esperaba animar a los empleadores a contratar empleados permanentes, que fueran titulares de permisos de residencia permanentes conocidos como “green cards”, para que pudieran convertirse en ciudadanos estadounidenses.
Pero las empresas de outsourcing, cuyo modelo de negocios está basado en empleados rotativos entre India y Estados Unidos, rara vez ayudan a sus trabajadores a obtener una “green card”, según los datos compilados por Hira.
Hay límites sobre lo que Trump y el Congreso pueden hacer antes de la fecha límite de abril. Probablemente no hay tiempo suficiente para aprobar legislación sobre una cuestión tan contenciosa. Pero Trump podía firmar una orden ejecutiva con algunos cambios. De hecho, su equipo ya ha trabajado en un proyecto.
Una opción sería cambiar la forma en que se asignan las 85,000 visas cada año entre los solicitantes. En los últimos años, el gobierno ha utilizado una lotería al azar, que recompensa a las empresas que presentan el mayor número de solicitudes, como los subcontratistas.
En cambio, el gobierno podría dar visas H-1B primero a compañías que pagan a los trabajadores los salarios más altos o a los que trabajan en los campos de tecnología tradicional, en lugar de externalizarlos.