Washington (Reuters).- El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, planea considerar a casi todos los inmigrantes ilegales como sujetos a la deportación, pero dejará las protecciones vigentes para los inmigrantes conocidos como “dreamers”, quienes llegaron al país como niños, según guías oficiales divulgadas el martes.
La guía del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) para agentes de inmigración es parte de un plan más amplio sobre seguridad fronteriza e inmigración en decretos que Trump firmó el 25 de enero.
El ex presidente Barack Obama emitió un decreto en el 2012 que protegía a 750,000 inmigrantes que habían sido llevados a Estados Unidos de forma ilegal por sus padres. Trump ha dicho que el tema es “muy difícil” para él.
El presidente republicano prometió durante su campaña tomar medidas más duras contra los 11 millones de inmigrantes ilegales estimados en Estados Unidos, aprovechando el temor por crímenes violentos, además de afirmar que construirá un muro en la frontera con México para frenar el ingreso de potenciales terroristas al país.
Funcionarios del DHS, hablando en una conferencia telefónica con periodistas, dijeron que pese a que cualquier inmigrante ilegal puede ser deportado, la agencia priorizará a aquellos que están clasificados como una posible amenaza.
Esto incluye a recién llegados, a aquellos condenados por un crimen y personas acusadas pero no condenadas. Algunos detalles de las guías figuraban en un borrador visto el sábado.
Muchas de las instrucciones no serán implementadas de inmediato porque dependen del Congreso, un período de debate público o negociaciones con otros países, dijeron los funcionarios. Autoridades de inmigración de México rechazaron de inmediato parte de las nuevas reglas.
En las guías también se pide la contratación de 10,000 agentes más de Aduanas e Inmigración y 5,000 más de Aduanas y Protección Fronteriza.