AFP.- Si hay algún país Brasil – dependiente en Latinoamérica, es Argentina pero la crisis en el gigante sudamericano hace también temblar al resto de la región.

Brasil, mayor economía latinoamericana, se encamina hacia su primer bienio de recesión desde la década de 1930 y la crisis política que jaquea el mandato de su presidenta Dilma Rousseff torna aún más oscuro su horizonte.

El mayor impacto lo sufren los que le venden productos a los brasileños y en este plano sus socios en el Mercosur -Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela- marchan al frente de la lista.

Impacto comercial

“El cuadro es preocupante, porque del 2011 al 2015”, el comercio con Argentina “se contrajo un 42%, impactando en sectores claves como la industria automotriz y en diversas economías regionales” del país, dijo en Buenos Aires a la AFP Dante Sica, director de la consultora Abeceb.com

En el primer trimestre, los despachos de mercancías argentinas a Brasil acumulan una caída de 27,9%, según estadísticas oficiales.

El quebranto comercial es atribuido a la aguda recesión brasileña. El derrumbe de las compras de Brasil al exterior llega a 33%.

Los brasileños le compran a Argentina cada vez menos automóviles, vehículos de carga, trigo en grano, autopartes, polímeros plásticos, productos de perfumería, celulosa y peras frescas.

Los argentinos igual se mantienen como los cuartos proveedores de Brasil, detrás de Estados Unidos, China y Alemania.

“Brasil redujo la demanda de bienes argentinos en 2015 el 27,3% en relación a 2014”, agregó Sica.

En tanto, Argentina sigue siendo el tercer mayor comprador de productos brasileños, detrás de China y Estados Unidos.

La situación también golpea fuerte a Uruguay: Brasil pesa cerca de un 14% en la balanza comercial de bienes uruguaya y es su principal cliente junto con China.

En febrero, las exportaciones uruguayas a Brasil cayeron 23,77% con relación a igual mes del año pasado, según la Unión de Exportadores.

El ministro uruguayo de Economía, Danilo Astori, calificó días atrás de “muy preocupantes” las cifras brasileñas.

Astori destacó que hasta hace muy poco Brasil “era nuestro principal cliente en bienes” pero “ha sido desplazado por China”.

Venezuela, en cambio, sufre por su propia crisis. “El comercio, no solo con Brasil, sino con el resto de Suramérica, ha disminuido notablemente por la falta de cumplimiento (de pago) del gobierno venezolano. La deuda acumulada con las aerolíneas ha hecho que TAM o GOL ya no vuelen a Venezuela”, explicó Milos Alcalay, exembajador en Brasil.

Contracción en Chile

En el caso de Chile, “los menores envíos chilenos (a Brasil) resultaron de la contracción de las exportaciones de diversos productos industriales y de la baja en los embarques cupríferos”, dijo a la AFP Rafael Sabat, subdirector Internacional de ProChile.

“Aún así, Brasil es el principal destino de las exportaciones chilenas no cobre en América Latina, al margen de las coyunturas políticas”, dijo Sabat.

En efecto, los mayores impactos se registran en el flanco comercial de la región. En 2015 el real cayó a su nivel más bajo con respecto al dólar en una década, debido a la agitación fiscal y a señales económicas de contracción, según fuentes financieras en Buenos Aires.

La devaluación del real convierte a sus productos en más competitivos y derrumba a los de sus socios.

Pese a la profunda recesión, Brasil terminó 2015 con un saldo positivo comercial de 19.681 millones de dólares, el mayor desde 2011, debido a que sus exportaciones cayeron, pero sus importaciones lo hicieron a un ritmo mucho mayor.

El efecto de los escándalos

Colombia lo sufre a su manera. “La crisis tiene dos efectos: que los inversionistas dejen de invertir en toda la región o que Colombia logre captar estas inversiones que huyen ante los altos niveles de riesgo”, dijo a la AFP Juan Manuel Restrepo, economista rector de la Universidad del Rosario.

“Brasil, al ser el modelo de paradigma de país emergente en la región, es un punto de referencia para los inversionistas extranjeros”, indicó Restrepo.

Un daño colateral del escándalo brasileño de Odebrecht es que esta empresa está al frente de trabajos de navegabilidad del río Magdalena, la principal arteria fluvial colombiana.

El Consejo de Estado de Colombia determinó que “los contratistas extranjeros que hayan sido condenados por delitos contra la administración pública deberán quedar inhabilitados”.

En Perú, una comisión del Congreso y la Fiscalía investigan presuntos nexos locales del escándalo de corrupción Lava Jato, mediante el cual se creó un esquema en el que grandes constructoras pagaban coimas a funcionarios de la estatal Petrobras y a políticos para ganar licitaciones.

La Odebrecht peruana anunció que venderá 100% de su participación accionaria en un megaproyecto de transporte de gas.

Denuncias de sobornos de la corporación brasileña en Perú salpicaron a la primera dama y jefa del gobernante Partido Nacionalista, Nadine Heredia, quien rechazó toda vinculación.