AFP.- La tregua en Siria, considerada como la “última oportunidad” para poner fin a una guerra que dejó más de 300,000 muertos, se mantenía este martes, ofreciendo a los habitantes de varias ciudades su primera noche de tranquilidad en meses.
Las armas dejaron de escucharse después de que entrara en vigor la tregua pactada por Rusia y Estados Unidos, que apoyan respectivamente al régimen y a los rebeldes, en un nuevo intento de poner fin a más de cinco años de guerra devastadora.
La brutalidad de la última batalla en Alepo, la segunda ciudad del país, que dejó centenares de muertos, incitó a rusos y estadounidenses a buscar un acuerdo.
El cese de los combates permitirá el envío de ayuda humanitaria urgente a centenares de miles de personas que viven en las zonas sitiadas, en especial la ciudad rebelde de Alepo.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los principales frentes, en las provincias de Alepo, Damasco e Idleb (noroeste), están tranquilos.
Para el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, que negoció el acuerdo con su homólogo ruso Serguei Lavrov, la tregua podrá “ser la última oportunidad de salvar” a Siria, donde el conflicto dejó más de 300,000 muertos desde marzo de 2011 y obligó a millones de personas a huir.
El régimen congeló sus operaciones militares “en el territorio” hasta el 18 de septiembre a las 21H00 GMT después de dar su aval al acuerdo concluido el viernes por Washington y Moscú.
Si se respeta, este cese de hostilidades podría desembocar en una inédita colaboración entre Moscú y Washington contra los dos grupos yihadistas.
Ambos buscan a través del acuerdo favorecer la reanudación de las negociaciones entre el régimen y los rebeldes para poner fin al conflicto que permitió que el grupo Estado Islámico afianzarse en medio del caos.
El acuerdo estipula un alto el fuego de 48 horas, renovables, en todas las regiones con la excepción de aquellas donde Estado Islámico y el Frente Fateh al Sham están presentes.