(Bloomberg) Donald Trump y Hillary Clinton combinaron acusaciones salaces con respecto a escándalos sexuales del pasado con discusiones sobrias sobre temas substanciales durante su segundo debate presidencial el domingo en la noche, después de un fin de semana de crisis sin precedentes en la campaña del candidato republicano.

No se sabe si el debate permitirá a Trump detener la caída libre de su campaña o la avalancha de republicanos importantes que están retirando su apoyo al candidato después de que un video del 2005 salió a la luz el viernes, en el cual Trump decía como podía hacerle de todo a las mujeres gracias a su fama.

Clinton expresó que lo dicho por Trump en el video del 2005 demuestra que el candidato no es apto para la presidencia y que éste ha divulgado tantas mentiras que es como si “viviera en una realidad alterna”.

Asuntos políticos
Una hora del debate con formato abierto en la Universidad de Washington en San Luis alcanzó para cubrir tópicos que incluyeron la guerra en Siria, los musulmanes en Estados Unidos, y las perspectivas de los candidatos sobre Obamacare.

Los intercambios fueron incisivos, pero en términos generales Trump evitó utilizar el lenguaje grandilocuente que caracterizó su desempeño en el primer debate.

Trump desestimó sus comentarios del video del 2005, afirmando que no fueron más que “cosas que se dicen entre hombres” y mencionó en repetidas ocasiones al marido de Clinton mientras hacía sus ataques. “Lo mío fueron palabras, pero él pasó a la acción”, dijo el candidato republicano.

Clinton dijo que el video ofreció una ventana para evaluar su carácter y aptitud para la presidencia.

‘Nunca se disculpa’
“Miren, si esto fuera sólo sobre un video, quizá sería comprensible lo que él está diciendo esta noche, pero todos pueden sacar sus propias conclusiones en este punto con respecto a si el hombre en el video o el hombre en este escenario respeta a las mujeres. Pero él nunca se disculpa por nada ante nadie”, dijo ella.

Eclipsado por las preguntas sobre su video y sobre el uso de los e-mails de Clinton, Trump admitió que las pérdidas de casi US$ 1,000 millones que declaró en sus declaraciones de impuestos de 1995 le permitieron abstenerse de pagar impuestos federales sobre la renta.

Trump expresó que él paga impuestos federales y señaló que otros multimillonarios como el simpatizante de Clinton Warren Buffett y George Soros, aprovechan condonaciones de pagos de impuestos al igual que él.

Sin apretones de manos
Como prueba de lo acerba que se ha vuelto la campaña, los candidatos no se dieron la mano al momento de salir al escenario, aunque sí lo hicieron al final. Durante el debate, Trump indicó que “ella alberga en su corazón un tremendo odio” por haberse referido a muchos de sus simpatizantes como deplorables.

Trump volvió en varias ocasiones a sus ataques por el uso de Clinton de su servidor privado de correo electrónico cuando todavía era Secretaria de Estado. “Usted debería sentirse avergonzada”, afirmó Trump.

Clinton señaló que asumía la responsabilidad por su decisión de usar un servidor privado en vez del sistema del gobierno, y admitió que eso fue un error. Sin embargo, la candidata descartó cualquier preocupación por infracciones de seguridad.

Los discursos de Clinton
A Clinton se le preguntó sobre supuestos fragmentos de sus discursos ante empresas de Wall Street, los cuales fueron publicados por WikiLeaks. Entre las cosas dichas en tales discursos, Clinton indicó que ella veía la necesidad de tener “tanto una postura pública como una postura privada” en la política para hacer acuerdos.

Clinton expresó que el comentario estaba basado en la película “Lincoln” sobre los esfuerzos del presidente para aprobar la decimotercera enmienda a la constitución y rápidamente cambió el tema, acusando a Rusia de intentar influenciar las elecciones en Estados Unidos.

Clinton sugirió que el gobierno ruso preferiría que Trump fuera el presidente y no ella. La candidata también utilizó las quejas del candidato por la falta de transparencia para solicitar que Trump revelara sus declaraciones de impuestos.

Desacuerdo
En otro momento incómodo de una campaña presidencial inusual, Trump dijo que no estaba de acuerdo con su propio compañero de fórmula con respecto a la posición que Estados Unidos debería asumir para lidiar con Rusia para confrontar al Estado Islámico en Siria. “Él y yo no hemos hablado y no estoy de acuerdo”, subrayó.

El debate concluyó un dramático fin de semana caracterizado por el posible desplome de las aspiraciones de Trump a la Casa Blanca, la oposición abierta de varios líderes republicanos a él, y la crisis más grande en décadas del partido que Trump lidera técnicamente.

En el video, descubierto por el Washington Post, Trump habló de manosear los genitales de las mujeres y de su intento fallido de acostarse con una mujer casada. El video se mostró repetidamente en la televisión durante el fin de semana y se le dio bastante cobertura.

Esto hizo que varios republicanos -- incluyendo al senador John McCain de Arizona, el candidato nominado del partido en el 2008 -- se distanciaran de Trump, o a que solicitaran su renuncia a la campaña electoral.

Retirada de republicanos
Trump se comprometió a nunca renunciar a la campaña electoral y arremetió en contra de los republicanos que lo abandonaron en Twitter: “Tantos santurrones hipócritas. ¡Miren como caen sus números en las encuestas y sus elecciones!”

Incluso antes de la última controversia, según las encuestas Clinton estaba aumentando su ventaja a nivel nacional y en Estados clave como Ohio, los cuales necesita Trump para poder ganar.

Algo bueno sobre el otro
La última pregunta provino de un miembro de la audiencia que pidió a los candidatos decir algo positivo sobre su rival.

“Sus hijos son muy capaces y dedicados, y creo que eso dice mucho sobre Donald. No estoy de acuerdo con casi nada de lo que dice o hace, pero sí respeto eso”, dijo Clinton.

Por su parte, Trump alabó la tenacidad de Clinton. “No se rinde, no se da por vencida. Es una luchadora. Estoy en desacuerdo con la mayoría de las cosas por las que pelea”, afirmó.

El tercer y último debate presidencial está programado para el 19 de octubre en la Universidad de Nevada en Las Vegas.