(AFP) El Senado brasileño decidió seguir el calendario inicial y no acortar los plazos del proceso de impeachment a la suspendida presidenta Dilma Rousseff, cuyo juicio podría resolverse en agosto, mientras el país acoge los primeros Juegos Olímpicos de su historia.
El presidente de la comisión especial de impeachment en la cámara alta, Raimundo Lira, reculó de su polémica decisión del pasado jueves, cuando acogió un pedido de una senadora del partido del presidente interino, Michel Temer, para acortar el proceso en 20 días.
Rousseff fue suspendida de sus funciones el 12 de mayo, mientras es juzgada en el Senado por presunta manipulación de las cuentas públicas en el 2014, año de su reelección, y a inicios del 2015.
De haber prosperado la iniciativa impulsada por los legisladores del centrista PMDB de Temer -quien fue vicepresidente de Rousseff durante cinco años y acabó convertido en uno de los articuladores de su salida-, la sentencia definitiva podría haberse conocido pocos días antes de los Juegos de Rio, que se desarrollarán del 5 al 21 de agosto.
De acuerdo al calendario aprobado este lunes, aunque sujeto todavía a modificaciones, la resolución podría llegar ahora a mediados de agosto, mientras Brasil alberga el mayor evento polideportivo del planeta.
El proceso que podría culminar en la destitución definitiva de Rousseff fue abierto en diciembre del 2015 y, tras recorrer un largo camino por ambas cámaras del Congreso, se encuentra en la última fase de instrucción: recolección de pruebas, presentación de testimonios y otras diligencias por parte de la comisión especial en el Senado, que es asesorada por el presidente de la Corte suprema.
Uno de los momentos clave de esta etapa llegará el 20 de junio, cuando está marcado el interrogatorio a la mandataria ahora suspendida, aunque no es obligatoria su asistencia y podrá ser sustituida por su defensa.
Al terminar sus indagaciones, la comisión legislativa dará una recomendación al plenario de 81 senadores -que será votada en principio entre el 1 y 2 de agosto-, y donde deberá cosechar al menos 41 votos (mayoría simple) para avanzar.
De aprobarse un parecer en favor de la continuidad del proceso, en diez días se programará la fecha del “juicio final”, una votación que determinará si la mandataria es destituida definitivamente de su cargo, para lo que necesita una mayoría especial de 54 votos (dos tercios), o el caso es archivado.
Si Rousseff, quien niega las acusaciones y denuncia ser víctima de un “golpe” orquestado por sus exaliados del PMDB y la oposición, es declarada culpable, Temer concluirá el mandato hasta el final del 2018.