(AFP) El oficialismo responsabilizó al expresidente Carlos Mesa de haber pactado en la década pasada la llegada a Bolivia de la firma china CAMC, en el ojo de una tormenta por millonarios contratos adjudicados bajo el gobierno de Evo Morales, mientras que el exmandatario consideró que esa versión busca distraer la atención.
El gobierno es blanco de críticas por los contratos firmados, por unos US$ 560 millones con la compañía asiática, pues en ella trabajaba Gabriela Zapata, la expareja del presidente Evo Morales. También niega las acusaciones opositoras de tráfico de influencias.
El diputado Víctor Borda, del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), defendió la legalidad de los acuerdos firmados por el gobierno actual, pues dijo que CAMC está en el país desde el gobierno de Mesa (2003-2005), por acuerdos bilaterales entre Estados, lo que despejaría cualquier versión de favoritismo de la actual administración.
“Ese convenio fue homologado por ley en el gobierno de Carlos Mesa”, afirmó Borda, miembro de una comisión parlamentaria que indaga nueve polémicos contratos, adjudicados por la actual administración boliviana sin licitación, según los opositores.
Mesa, vocero internacional desde el 2014 de la demanda que Bolivia tramita contra Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, no recibió con agrado esas versiones.
“Seamos claros, ningún contrato de Estado a Estado en el 2004 puede ser cortina de humo” sobre la investigación parlamentaria, aseveró desde su cuenta en Twitter.
Además, las relaciones entre Mesa y Morales comenzaron a sufrir sobresaltos, tras las críticas del primero a la intención del segundo de buscar una reelección por un cuarto mandato (2020-2025). Morales está en el poder desde el 2006.
Los contratos con CAMC se volvieron a principios del pasado mes un enorme dolor de cabeza para el mandatario izquierdista, pues en ella trabajaba como gerente comercial su expareja Zapata, encarcelada bajo cargos de legitimación de ganancias ilícitas y enriquecimiento ilícito.
De acuerdo con versiones oficiales, Zapata ingresó a trabajar a CAMC a principios de esta década y fue despedida, tras el reciente escándalo. No tiene ninguna relación con el gobierno de Carlos Mesa.