Beirut (Reuters).- El primer ministro sirio, Wael al Halki, sobrevivió el lunes a un atentado con bomba en el centro de Damasco, dijeron medios estatales y activistas, en un momento en el que los insurgentes atacan el corazón de la capital en su lucha contra el presidente Bashar al-Assad.
Seis personas murieron en la explosión, según indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que fue la última de una serie de ataques rebeldes sobre blancos del Gobierno, incluido un bombardeo en diciembre en el que fue herido el ministro del Interior de Assad.
Halki posee escaso poder, pero el ataque destaca la creciente capacidad de los rebeldes de apuntar a símbolos de la autoridad de Assad en una guerra civil en la que han muerto más de 70,000 personas, según Naciones Unidas.
Assad designó a Halki en agosto para reemplazar a Riyadh Hijab, quien desertó y escapó a la vecina Jordania pocas semanas después de un bombardeo en Damasco que provocó la muerte de cuatro de los asesores de seguridad más importantes del presidente.
En comentarios publicados por la agencia estatal de noticias SANA pero no difundidos por televisión, Halki fue citado condenando el ataque como un signo de “decadencia y fracaso de los grupos terroristas”, en referencia a los rebeldes que luchan por derrocar a Assad.
La explosión sacudió el barrio Mezze poco después de las 0600 GMT, enviando una columna de denso humo negro al cielo. El Observatorio dijo que un hombre que acompañaba a Halki murió, al igual que cinco transeúntes.
La televisión estatal mostró bomberos trabajando en el lugar, en medio de los restos del automóvil. Cerca había un gran ómnibus blanco, con sus ventanillas estalladas y asientos incendiados. Vidrios y escombros estaban esparcidos por la calle.
“La explosión terrorista en Al Mezze fue un intento de atacar el convoy del primer ministro. El doctor Wael al Halki está bien y no ha resultado herido”, dijo la televisión estatal.
Luego se pudo ver a Halki en imágenes, en las que parecía sereno y tranquilo, presidiendo un comité económico en su oficina.
Mezze forma parte de la reducida “zona de seguridad” en el centro de Damasco, donde se encuentran muchas instituciones gubernamentales y militares y donde viven altos cargos sirios.
Aislada durante casi dos años del derramamiento de sangre y la destrucción que han asolado buena parte de Siria, la zona ha ido cayendo poco a poco en la violencia a medida que los rebeldes fueron lanzando ataques con morteros desde el este de la capital y llevando a cabo bombardeos en el centro de la ciudad.