[ PRIMERA PARTE. Juan Manuel Santos: Perú, Colombia y Chile negocian acuerdo energético ]
Los gobernantes dicen que los periodistas siempre están conspirando contra el poder. Usted que conoce la labor del periodismo y también la de gobernar, ¿qué dice al respecto?
El responsable de la Primera Enmienda en EE.UU. fue Thomas Jefferson, quien fue además dos veces presidente del país. Él siempre decía que no puede haber una verdadera democracia y buen gobierno sin absoluta libertad de prensa. En mi caso, como conozco el teje y maneje periodístico, soy mucho más tolerante, porque sé cuándo los periodistas se equivocan de buena fe y de mala fe; en el segundo se generan más niveles de irritación. Pero sí es importante saber que la crítica es una ducha de agua fría que lleva a los gobernantes a tener un polo a tierra. Es mucho más importante eso que dicen, que hay soledad en el poder.
¿Qué representa un periodista? ¿cómo lo definiría?
La mejor definición de un periodista es la de perro guardián de la sociedad; si va bien (la sociedad), duerme y bate la cola; si va mal, actúa. Por eso los periodistas tienen la tendencia a enfocarse en la crítica de lo que no está funcionando. Yo creo que sí es un buen activo que el Gobierno conozca cómo funcionan los medios y los periodistas. Por ejemplo, cuando yo leo La República (diario económico de Colombia) me doy cuenta de que el país no va tan bien como uno piensa…
Pero a veces no hay tolerancia…
Bueno, cuando los periodistas se vuelven jueces morales y reemplazan a los jueces naturales y socavan a las instituciones es otra cosa. Por ejemplo, uno de los factores que permitió a Hugo Chávez subir fue por la irresponsabilidad de los medios de comunicación que despotricaban de todo lo institucional, y cuando se destruye la institucionalidad todos sufren las consecuencias.
¿Usted cómo se informa?
Todos los días leo cuatro o cinco periódicos. Además, la oficina de prensa me pasa informes de lo que fue publicado. Uno tiene que mantener una especie de equilibrio entre volverse adicto a las noticias, porque cuando está en el Gobierno eso pasa, como cuando uno se vuelve adicto a la inteligencia, con informantes. Mantener distancia de la noticia diaria no solo es sano, sino conveniente.
El escenario internacional
¿Cuál es su análisis sobre la desaceleración de China y la recuperación de Estados Unidos?
China tiene un efecto en nuestro crecimiento porque afecta los precios de las materias primas y porque juega un papel muy importante en el crecimiento mundial. Sin embargo, Colombia no tiene una dependencia tan directa como Chile o Perú.
En cambio, el crecimiento de EE.UU. nos afecta directamente porque mantenemos una relación estrecha e importante, con un TLC que apenas empezamos a aprovechar, y no nos ha afectado el retorno de los capitales de los emergentes a sus nidos tradicionales (Nueva York y Londres, por ejemplo).
Pero hay efectos adversos…
A nosotros, especialmente, se nos devaluó la moneda, pero en los últimos meses se ha revaluado, lo que no nos gusta. Volvernos demasiados atractivos tiene sus costos, pero el factor que sí sería preocupante sería el acceso a los mercados. (Sin embargo) en este año, en una sola emisión, financiamos totalmente lo que necesitábamos para el 2014 a un costo muy bajo.
Cuanto más crecen los países más desiguales son y hay más protestas. ¿Cómo analiza este tema?
Si por allá llueve por aquí no escampa. Aquí también tenemos el mismo fenómeno. Nosotros hemos llevado, en tres años y medio, a 2.5 millones de pobres a la clase media. Esto genera expectativas y demandas crecientes en los países que están disminuyendo la desigualdad.
Le sucedió al presidente de Chile, Sebastián Piñera, con las protestas de los estudiantes, en un país que es el campeón en los indicadores de América Latina, y Luis Inácio Lula me decía que en Brasil no iba a suceder porque habían salido 18 millones de personas de la pobreza, y a los cuatro meses ocurrió, y aquí decíamos que no nos había pasado, y casi me tumban las protestas campesinas. Es un fenómeno normal porque la gente está comenzando a dejar de ser pobre y tiene expectativas, claro está que eso hay que saberlo canalizar.
Uno de los grandes retos de toda democracia en América Latina es saber cómo canalizar las protestas crecientes…
En mi caso digo: bienvenida la protesta, pero sin violencia, y tratar de hacerlos participar de las decisiones. Vamos a ver un poco de turbulencia política, en el Perú no demoran, es parte de los procesos.
¿Eso significa que se debe aplicar reformas tributarias o políticas más redistributivas?
Sí. Nosotros ya hicimos una reforma con ese objetivo. No queríamos crear más impuestos, sino distribuirlos. Por ejemplo, para generar más empleo disminuimos los impuestos a la nómina (planilla), y el menor ingreso lo compensamos con otros impuestos a las empresas.
¿Habrá más reformas tributarias como la de Chile?
Efectivamente, vamos a ver más reformas del corte de Chile con Michelle Bachelet, si queremos financiar las expectativas crecientes. Habrá países como Chile que proponen dar educación completamente gratuita, pero nosotros, que ofrecemos educación secundaria gratuita no tenemos capacidad económica para garantizar la gratuidad de la educación universitaria. Ahí sí las alianzas público-privadas funcionan mejor.