(AFP) Pedro Parente se ganó el título de “ministro del apagón” cuando gestionó los racionamientos eléctricos en la crisis de 2001. Quince años después fue llamado para sacar a Petrobras de la oscuridad.
El presidente de la estatal petrolera, de 63 años, fue nombrado este jueves por Michel Temer, que asumió el poder de forma interina mientras la mandataria Dilma Rousseff enfrenta juicio político, acusada de manipulación de las cuentas públicas.
Desde jefe de gabinete de ministros hasta presidente de la gigantesca cerealera Bunge Brasil: su hoja de vida está cargada con más de 30 años como funcionario público y los últimos años en el sector privado.
Acostumbrado a trabajar largas horas, el reto de comandar Petrobras no es pequeño.
En el marco de una crisis mundial del sector, Petrobras intenta salir además a flote del mayor escándalo de corrupción de su historia, revelado en 2014 y que le costó más de 2.000 millones en pérdidas.
La trama, en la que grandes empresas sobornaron por años a ejecutivos de la empresa y políticos a cambio de contratos en la estatal, golpeó de lleno al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y Rousseff, y al centrista PMDB de Temer.
Dueño de la luz
En un perfil que publicó en 2001 la revista Istoé lo llamó “dueño de la luz”, justo cuando fue apartado temporalmente del ministerio de la Casa Civil -la jefatura del gabinete- para ocuparse de la “Cámara de Gestión de la Crisis de Energía”.
El organismo fue creado para hacer frente a la emergencia eléctrica que se extendió de julio 2001 a febrero 2009 y que llevó a la necesidad de cortes programados de luz, los “apagones”.
La crisis se enmarcó en una fuerte sequía, que afectó la generación hidroeléctrica, y a la falta de planificación e inversiones en el sector, que además pasaba por un proceso de privatización.
El gobierno fue sorprendido por la necesidad de cortar 20% del consumo en todo el país, y los cortes tuvieron un impacto millonario en la economía. El fiscalizador Tribunal de Cuentas dijo en 2009 que el “apagón” generó 45.200 millones de reales (USD 12.600 millones al cambio actual) en pérdidas al Tesoro.
“Será una misión muy difícil”, dijo Parente, un obsesionado con apagar la luz en casa y oficina.
Según Istoé, el “ministro del apagón” llamaba la atención a cualquiera que dejara la luz encendida. Todo comenzó en 1991 cuando vivió en Estados Unidos para trabajar como consultor del FMI y recibió la primera cuenta de electricidad: fueron 200 dólares.
Y para liberar la tensión del ministerio, Parente, padre de cuatro hijos y casado tres veces, se distraía arreglando cosas en casa y nadando tres veces por semana.
Ejecutivo del cereal
Ingeniero de la Universidad de Brasilia (UnB), Parente tiene también una amplia carrera en el sector privado, un motivo por el que su nombramiento es visto con buenos ojos por el mercado.
Después de trabajar como vicepresidente ejecutivo del grupo mediático RBS, fue contratado como presidente de la filial en Brasil de la gigantesca cerealera Bunge, igualmente por su experiencia en el sector público y privado.
En los cuatro años en que estuvo al frente de Bunge Brasil, Parente dirigió una reforma que “produjo impactos transformadores”, según el CEO mundial de la empresa, Soren Schroder.
“Realizó una amplia reestructuración en las operaciones de Brasil, construyó un equipo de líderes de alto desempeño y multiplicó los resultados de las actividades de agronegocio y alimentos en ese período (…) Pedro dejó una Bunge unificada, simplificada y enfocada”, destacó Schroder en la nota que anunció la jubilación de Parente en 2014.
Las cualidades que le describen como ejecutivo serán clave en Petrobras, que además del escándalo, atraviesa también una reestructuración iniciada en la gestión de su antecesor Aldemir Bendine.
El plan, anunciado en enero, contemplaba reducir 30% de los 5.300 cargos administrativos para simplificar la operación de la empresa.
Parente vuelve así a su natal Rio de Janeiro, para gerenciar el apagón de la mayor empresa del país.