(AFP) El papa Francisco ingresó este jueves en la campaña presidencial estadounidense al juzgar que el favorito del bando republicano, Donald Trump, “no es cristiano”, lo que despertó automáticamente la furia del mordaz millonario.
“Una persona que quiere construir muros y no puentes, no es cristiana”, afirmó el papa en su avión de regreso a Roma desde México, al responder a un reportero sobre la posición anti-inmigración del candidato a las primarias del Partido Republicano.
Trump, muy crítico del pontífice argentino, promete construir un muro de 2,500 kilómetros para sustituir la valla actual entre México y Estados Unidos si es elegido presidente y deportar a unos 11 millones de indocumentados.
Jorge Bergoglio negó que buscase inmiscuirse en la campaña estadounidense --“Votar o no votar, yo en eso no me meto”, dijo--, y aseguró que el Vaticano ha señalado que el papa no habla como un líder político, sino “como un hombre de fe”.
Pero sus comentarios no fueron pasados por alto en la dura contienda por la Casa Blanca, sobre todo por Trump, quien ya había criticado en una entrevista que el papa es “muy político” y que “no comprende los problemas” de Estados Unidos.
“Que un líder religioso cuestione la fe de alguien es vergonzoso”, dijo el magnate inmobiliario, que, según sondeos, se dirige a una victoria en las primarias de Carolina del Sur.
Francisco, que recordó el año pasado en Estados Unidos y esta semana en México que es “hijo de inmigrantes”, ha hecho de la defensa de los migrantes un punto central de su pontificado.
Durante una misa el miércoles en la frontera entre México y Estados Unidos, denunció la “tragedia humana” que sufren los migrantes.
El Vaticano ha señalado que los comentarios del papa sobre inmigración no fueron hechos por un líder político, sino “como un hombre de fe”.
Pero el líder religioso solo ha escuchado una versión de la historia, afirmó Trump.
“Él no vio el crimen, el narcotráfico y el impacto económico negativo que las políticas actuales tienen en Estados Unidos”, dijo, asegurando que el papa argentino está siendo usado como un “peón” en el debate migratorio.
Según Trump, “el gobierno mexicano y sus líderes han hecho varios comentarios denigrantes sobre mí al papa, porque quieren seguir estafando a Estados Unidos, en comercio y en la frontera, y saben que yo me di cuenta”.
Curiosamente, tanto el papa como Trump son aspirantes al próximo premio Nobel de la Paz.
Vaticano, “trofeo” del ISIS
Trump, quien se define como seguidor de la corriente presbiteriana, reafirmó su fe cristiana frente a un grupo de seguidores en la ciudad de Kiawah, en Carolina del Sur.
“Estoy orgulloso de ser cristiano y como presidente no permitiré que el cristianismo sea consistentemente atacado y debilitado, a diferencia de lo que pasa ahora con el actual presidente”, dijo.
El voto de los cristianos -católicos o protestantes- tiene un gran peso en Estados Unidos, y abarca tanto a ultraconservadores como a progresistas.
El aspirante, que ganó la primaria de New Hampshire, también aseguró que bajo su gobierno el grupo yihadista Estado Islámico (EI) sería “erradicado”, señalando que El Vaticano se lo agradecería.
“Si El Vaticano es atacado por el EI, que como todos saben es el mayor trofeo del EI, les prometo que el papa habría deseado y rezado que Donald Trump hubiese sido presidente, porque eso no habría ocurrido”, afirmó.
La injerencia de un papa en una campaña electoral es rara en la historia contemporánea, y es ciertamente vista con desconfianza en Estados Unidos, tradicionalmente receloso de una influencia desmedida de los pontífices en las directrices políticas y económicas del país.
Siendo candidato presidencial, el católico John Kennedy, fue acusado de que “recibiría órdenes del papa”.
El propio Francisco lo vio de cerca durante su polémica visita a Washington en octubre, donde su aireado apoyo a la lucha contra el cambio climático fue condenado por los republicanos, que acusaron al pontífice de alinearse con el gobierno del demócrata Barack Obama.
“Creo que como católico está bien obtener orientación del papa. Pero ciertamente no en política económica o ambiental”, dijo este jueves Jeb Bush, rival de Trump en la carrera republicana, quien se convirtió al catolicismo, la fe de su esposa mexicana.