(Bloomberg) El papa Francisco denunció los “intereses egoístas” que llevan a los gobiernos europeos a erigir cercos en las fronteras para no permitir la entrada de migrantes, advertencia que de inmediato respaldó la canciller alemana Angela Merkel.

Merkel dijo que Francisco ha fortalecido su firme decisión de mantener a la Unión Europea unida y “no olvidar la responsabilidad humanitaria de Europa” ante la crisis de los refugiados.

Merkel, el primer ministro italiano Matteo Renzi y dirigentes de la UE entre los que se contaba Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, estuvieron atentos durante una ceremonia en la Sala Regia del Vaticano, contigua a la Capilla Sixtina, mientras Francisco recibía el Premio Carlomagno por su labor para promover la unificación europea.

Francisco, argentino e hijo de una familia italiana inmigrante, aprovechó la oportunidad para contrastar la dividida Unión Europea de hoy con la visión de sus padres fundadores. “Nosotros, los herederos de su sueño, estamos tentados de ceder a nuestros propios intereses egoístas y pensamos en levantar cercos aquí y allá”, dijo Francisco el viernes. Hoy más que nunca, agregó, “su visión nos inspira a construir puentes y a derribar muros”.

Desde hace un año, los líderes de la UE vienen lidiando dificultosamente con la peor crisis de refugiados de Europa desde la II Guerra Mundial. El temor a los inmigrantes, el terrorismo y una reacción populista ha llevado a varios países del bloque de 28 miembros a endurecer los controles fronterizos y levantar cercos mientras regatean por los cupos para recibir refugiados.

Aliento
Merkel, que tuvo una audiencia privada con Francisco, les dijo a los periodistas que consideraba su discurso “como un aliento”. Las palabras de Francisco fueron “un llamado para que actuemos” y “mantengamos a Europa unida, ya se trate de la moneda o de proteger nuestra frontera externa, y sobre todo de que no olvidemos la responsabilidad humanitaria de Europa”.

Reiterando sus declaraciones ante el Parlamento Europeo, Francisco comparó a Europa con una abuela: “cansada, añosa, ya no fértil y vital”, señaló. “Se tiene la impresión de que Europa tiende a estar cada vez más ‘atrincherada’”, dijo.

Migrantes y pobres
Francisco, que ha hecho de los migrantes y los pobres una parte definitoria de su papado, reclamó “nuevos modelos económicos más incluyentes y equitativos, no orientados al servicio de unos pocos sino al beneficio de las personas comunes y de la sociedad en su conjunto”. Hizo referencia a “la economía social de mercado” que propiciaban sus antecesores.

“Significaría pasar de una economía orientada a las ganancias, a sacar provecho de la especulación y prestar con interés a una economía social que invierte en la gente creando empleo y brindando capacitación”, dijo Francisco. “Tenemos que pasar de una economía líquida dispuesta a usar la corrupción como medio de obtener ganancias a una economía social que garantice el acceso a la tierra y la vivienda a través del trabajo”.

Entre los dignatarios presentes en la audiencia se encontraban Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, y Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, así como cardenales de la Iglesia Católica.