María Claudia de la Barra
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El narcotráfico es un problema que viene engrosándose cada vez más en nuestro país. Prueba de ello se revela un reciente estudio sobre drogas ilícitas de la ONU que señala al Perú, por encima de Colombia, como el principal exportador del mundo de cocaína, principalmente con destino a Europa.
Pablo Secada, jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE) —quien, junto con Miguel Palomino, es autor del blog Reformas Incompletas— sostiene que es necesario un “cambio radical” en la política internacional, que debe orientarse a compensar los daños ya hechos. “Lo máximo que se puede hacer es contener el problema, más no eliminarlo”, asegura.
¿Qué ha revelado el el Informe Mundial sobre las Drogas 2012 de la ONU?
Se ha dado el efecto globo: al presionar la producción colombiana de cocaína, se ha inflado más en Bolivia y Perú. Es así como Perú se ha convertido en el mayor exportador de cocaína en el mundo, cuando hace unas décadas, se producía solo hoja de coca, y después coca que se convertía en cocaína en Colombia.
Antes, los envíos de cocaína peruanos eran a Estados Unidos y Europa . Ahora, en esencia, Colombia exporta a EE.UU. y Perú, junto a Bolivia, a Europa.
¿A qué responde esta variación de nuestras exportaciones?
La población que consume cocaína en EE.UU. se ha reducido porque ha sido sustituido por otras drogas químicas. Mientras que en Europa ha seguido creciendo, y su precio ha continuado cayendo.
¿Qué implica esto para Perú?
El consumidor europeo le está imponiendo a la sociedad peruana una serie de costos (externalidad negativa) que está haciendo más precarias nuestras instituciones. Y ello hace menos probable avanzar en la agenda de reformas pendientes para que las oportunidades sean más parejas.
¿Qué medidas son necesarias para evitar esta externalidad?
La política internacional peruana debería formular una serie de propuestas que lleven a los foros internacionales la idea que se están imponiendo costos sobre nuestra sociedad que deben ser compensados. Dicho costo gigantesco no ha sido medido hasta ahora…¿Cuál es el costo que impone Europa en el Perú y qué países son esos?…por ahí se debe empezar para avanzar con la agenda pendiente.
Por otro lado, las políticas domésticas para enfrentar este problema en algunos casos están anunciadas, pero la mayoría no tiene nada que ver con lo que se está haciendo.
¿La manera en que se busca erradicar el narcotráfico en el Perú es la adecuada?
No. Pensar que el ejército peruano va a entrar al Vraem y se va a acabar el narcotráfico es una estupidez. Primero porque no solo se produce en el Vraem. Por eso también tiene que haber un cambio en las políticas de seguridad que van a conseguir resguardar objetivos estratégicos, mostrar cierta presencia del estado en la zona y contener el problema.
¿Y las políticas de desarrollo han sido correctas?
Tampoco. Mientras haya demanda por cocaína, si se hacen carreteras en el Vraem, va a contribuir al desarrollo de la gente que vive allí, pero también va a contribuir a mejorar el negocio. Pensar que porque haces desarrollo se acabó la producción de cocaína es una pavada. No entienden el negocio de la cocaína.
Tendrían que empezar a crear microseguros de vida, pensiones de salud, y así se va a ir reduciendo el problema, pero no se va a eliminar.
¿Hay propuestas del extranjero que podrían funcionar en el Perú?
Por ejemplo, Gary S. Becker y Kevin M. Murphy, catedráticos de la Universidad de Chicago, proponen legalizar el tráfico de drogas, es decir, venderlas en cualquier lugar y gravar el bien con una tasa baja, así como se grava el cigarrillo y el alcohol. Y con lo que se gravara con la cocaína, en nuestro caso, se debería ir a financiar la rehabilitación de los que quieren salir del vicio.
Entonces, al legalizar, el precio va a bajar porque le quitas todo el componente de la ilegalidad, y el consumo no va dispararse, como se cree de forma errónea, porque según ellos la elasticidad es muy baja.
¿Tardaría mucho para que Europa la legalice?
Sí, pero al menos se lleva el argumento correcto a los foros internacionales sobre el costo gigantesco que representa el consumo europeo de cocaína en nuestro país.