Reuters .- Con sillas de playa, juegos de mesa y compartiendo expresiones artísticas, miles de opositores venezolanos se congregaron el lunes en algunas de las principales vías del país para “plantarse” contra el Gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro.
Aunque la mayoría de los adversarios del mandatario se mantenía pacíficamente en las calles, en algunos puntos de las ciudades centrales de Barquisimeto y Valencia la manifestación escaló en violencia y un policía fue asesinado, informó un gobernador.
“Francotirador asesina a Policía de Carabobo con disparo en la cabeza en Autopista del Este, otro funcionario fue herido”, dijo Francisco Ameliach, gobernador del estado Carabobo, en su cuenta de Twitter, sin ofrecer más detalles del suceso.
El gobernador, aliado del presidente Maduro , acusó a la coalición de partidos de oposición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de encender los disturbios en su entidad. “Sectores de la MUD en Carabobo dirigen la violencia”, agregó.
Por otra parte, el Ministerio Público dijo que investiga el arrollamiento de tres personas en Cabudare, una ciudad cercana a Barquisimeto, capital del occidental estado Lara.
El “plantón” está previsto que se prolongue hasta el final de la tarde. En Caracas buena parte de los manifestantes se mantenía en la principal autopista, mientras otros grupos eran dispersados por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos.
En la ciudad fronteriza de San Cristóbal los opositores cocinaron una sopa comunitaria y en Ciudad Guayana la gente leía sentada en el piso.
La oposición acusa a Maduro de haberse convertido en un dictador que usa su influencia sobre las instituciones del Estado para mantenerse en el poder. Pero el mandatario alega que sus enemigos políticos están agitando las calles con disturbios y manifestaciones, sólo para derrocarlo.
El presidente dice que la salida de la crisis política está en una Asamblea Constituyente para reescribir parte de la carta magna, pero sus adversarios temen que la nueva legislación abra puertas que faciliten al “chavismo” mantenerse en el poder más allá de 2019, cuando culmina su período.
“Tenemos más de 42 días en esto, y no nos vamos”, dijo Anelin Rojas, una empleada de recursos humanos de 30 años, sentada en una autopista de Caracas, usando audífonos y leyendo un libro.
“Y vendré a protestar todos los días y todo el tiempo que sea necesario. Lamentablemente, estamos frente a una dictadura que no va a cambiar nada a menos que los obliguemos”, agregó.
En seis semanas de protestas y disturbios al menos 39 personas han muerto, incluyendo manifestantes, simpatizantes del Gobierno, peatones y miembros de las fuerzas de seguridad. Cientos han resultado heridos o arrestados.
Elecciones
Maduro dijo el domingo que “pronto” entregará un decreto al árbitro electoral para establecer las bases comiciales para la elección de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, con las que se establecerá el método de votación y postulación de los nuevos redactores de la carta magna.
Hasta ahora el Gobierno ha sido críptico sobre el método de la elección y sólo ha adelantado que será “sectorial” y “territorial”.
En el interior del país los opositores también trancaban vías. Ganaderos en Táchira, en los Andes venezolanos, detuvieron sus jornadas en apoyo a la protesta y regalaron leche y queso a los manifestantes. Al sur, en el estado Bolívar, agricultores bloquearon por unas horas una carretera que conecta con Brasil.
La oposición está buscando apoyo internacional para mantener la presión contra Maduro y ha logrado el pronunciamiento de varios Gobierno a favor de sus peticiones, particularmente de adelantar las elecciones.
La Unión Europea instó a las autoridades venezolanas a celebrar elecciones y liberar a un centenar de políticos y activistas que están presos, en su reacción más crítica hasta la fecha hacia los eventos que sacuden al país petrolero.
El Gobierno de Maduro ha dicho que no permitirá la “injerencia” en su política interna y mantiene que las elecciones presidenciales se celebrarán a fines del 2018, como está establecido en el calendario, a pesar de que todavía no se han convocado dos comicios regionales previstos para el 2017.
Venezuela está sumida en una profunda recesión desde el 2014, agravada por el retroceso de los precios de petróleo, la principal fuente de dinero del país, que depende de sus importaciones y también sufre escasez de alimentos y medicinas y una altísima inflación.