(AFP) La Organización de Estados Americanos (OEA) se encamina a realizar una reunión urgente sobre la crisis en Venezuela, en medio del creciente desprestigio internacional por la decisión del máximo tribunal de asumir las labores del Parlamento.
El Consejo Permanente de la OEA debe convenir el lunes o martes -señalaron fuentes diplomáticas-, en una reunión de urgencia solicitada por el secretario general del organismo, Luis Almagro, para evaluar la crisis política en Venezuela.
Ésta será la tercera reunión en una semana sobre Venezuela ante el cuerpo de 34 países activos del ente continental, y la primera tras la lluvia de críticas en el continente por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela de asumir las funciones de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), de mayoría opositora, y retirar la inmunidad a los parlamentarios.
Almagro basó su pedido en el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana, que otorga al secretario general la competencia de convocar reuniones inmediatas del Consejo para “realizar una apreciación colectiva y adoptar las decisiones que estime conveniente”.
La reunión tendrá lugar en momentos en que Bolivia y Haití asumen la presidencia y vicepresidencia, respectivamente, del Consejo Permanente, lo que daría la oportunidad de moderar el debate a los aliados de Venezuela, que se niega a cualquier intervención de la OEA en sus asuntos.
Pero la oposición venezolana espera que si la sentencia no es anulada, el cuerpo de países del continente declare la “ruptura del hilo constitucional”, dijo en la sede de la organización, en Washington, el dirigente Henrique Capriles.
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Las cosas cambiaron
“Las cosas cambiaron drásticamente porque se materializó el cierre del poder más representativo de la democracia”, dijo el gobernador y dos veces candidato presidencial Capriles, declarando una “hora decisiva en el continente”.
Igualmente llamó a la mayoría de los gobiernos a exigir al Ejecutivo del presidente Nicolás Maduro la convocatoria de elecciones, la liberación de un centenar de “presos políticos” y el establecimiento de un canal humanitario para atender la profunda escasez de alimentos y medicinas.
Los venezolanos padecen la inflación más alta del mundo, que, de acuerdo con el Fondo Moneterio Internacional (FMI), cerró el 2016 en 475% y podría llegar a 1,660% este año.
En la antesala de la reunión, Venezuela ve reducidos sus apoyos en la OEA.
Caracas no pudo evitar un debate el martes sobre la situación en el país, que fue aprobado por una mayoría de 20 países, incluidos Barbados y Bahamas, parte del bloque del Caribe que por años se ha alineado con el gobierno venezolano.
Y 20 países se comprometieron en una declaración a encontrar dentro de la organización “soluciones diplomáticas” a la crisis. El documento solo fue solo una expresión de los gobiernos, y el ente no aprobó ninguna resolución.
Tras el fallo de la justicia contra el Parlamento venezolano, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Perú y México encabezaron las condenas continentales.
Sin embargo, queda por ver si podrán construir una mayoría que respalde una resolución de mayor tenor y con recomendaciones más concretas sobre el caso venezolano.
“Un grupo de países estamos acordando una posición”, manifestó el embajador de Colombia, Andrés González.
El secretario general Luis Almagro, que condenó “auto golpe en Venezuela”, ha pedido aplicar la Carta Democrática Interamericana y suspender de la organización al país si no convoca a elecciones generales en un mes.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se sumó a la oleada de condenas a Venezuela, denunciando una “usurpación de las funciones del Poder Legislativo”.
Aprobada por el consenso de la OEA en el 2001, la Carta Democrática Interamericana fija mecanismos graduales para intervenir en un Estado miembro, en caso de “una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático”. En caso extremo podrían terminar con la suspensión del país de la OEA.