(Bloomberg).- El gobierno peruano decidió frenar la destrucción de la selva tropical más grande del mundo, enviando a casi 1,000 policías para allanar campamentos mineros ilegales en las afueras de una importante reserva natural en la selva amazónica del Perú.

La policía allanó 83 campamentos alrededor de la reserva de Tambopata en la región Madre de Dios en el sureste de Perú, informó el ministerio del Interior en un comunicado.

También destruyó el equivalente de millones de dólares de equipos utilizados para extraer oro de las orillas de los ríos y bajo un bosque anteriormente virgen.

Empresas mineras de oro ilegales han invadido la reserva, que alberga a los jaguares y monos capuchinos, pese a que Perú intensificó los controles en los últimos años.

La región Madre de Dios representa cerca de una quinta parte de la producción aurífera del país y la actividad ha convertido franjas de selva en tierras baldías y contaminado los ríos con mercurio.

“Aquí la minería ilegal ha estado trabajando durante muchos años y, como pueden ver, los daños son dantescos”, dijo el viceministro del Interior, Rubén Vargas. “Estamos frente a una actividad igual o más lucrativa que el narcotráfico”.

Una investigación preliminar sugiere que las autoridades locales pueden haber otorgado derechos mineros en áreas protegidas, y el ministerio dijo que está analizando emprender acciones legales contra Luis Otsuka, el gobernador regional.

La policía arrestó a seis personas por cargos relacionados con la minería ilegal de un total de 225 interrogados, en el mayor operativo contra minas desde que el presidente Pedro Pablo Kuczynski asumió hace casi un año.

Tres personas fueron detenidas por sospechas de tráfico sexual, en tanto ocho mujeres y menores eran mantenidos en los campamentos contra su voluntad, dijo el ministerio.