(Bloomberg).- El gobierno de México rechazó un estudio que llegó a la conclusión de que el país se había convertido en una zona de conflicto más mortífera que Afganistán e Irak, después de que el presidente Donald Trump retuiteó un informe sobre los resultados.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres colocó a México en segundo lugar después de Siria por número de muertes el año pasado.
Los secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación de México dijeron el miércoles que la Encuesta Anual de Conflictos Armados “buscar dar un tratamiento similar a naciones con fenómenos completamente diferentes, que no son comparables ni medibles entre sí”.
MEXICO 2ND DEADLIEST COUNTRY; TOPS AFGHAN, IRAQ… https://t.co/i4FtSpLiHV
— DRUDGE REPORT (@DRUDGE_REPORT) 9 de mayo de 2017
El número de muertes en México, escenario de una guerra entre cárteles del narcotráfico, creció a 23,000 en el 2016, en comparación con 17,000 en Afganistán y 16,000 en Irak, según el informe.
El mayor número de muertes se registró en estados mexicanos que se han convertido en “campos de batalla clave por el control entre cárteles cada vez más fragmentados”, dijo el director general de IISS, John Chipman.
“El reporte señala de manera irresponsable la existencia de un ’conflicto armado (no internacional)’ en México. Ello es incorrecto; la existencia de grupos criminales no es un criterio suficiente para hablar de un conflicto armado no internacional. Tampoco lo es el uso de las Fuerzas Armadas para mantener el orden al interior del país”, dijeron las secretarías en un comunicado.
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En respuesta al comunicado, Antonio Sampaio, investigador asociado de IISS, dijo en un correo electrónico que las estadísticas utilizadas para el número de homicidios provienen de un informe de abril de la secretaría de Gobernación de México que, aunque incluye algunos homicidios que no están necesariamente relacionados con el crimen organizado, son los datos disponibles más adecuados.
Aunque países como Brasil y Venezuela pueden tener tasas de homicidios más altas, son resultado de una violencia más fragmentada que organizada por el control de territorio, agregó.
La violencia en México no es nada nuevo. Más de 175,000 personas han muerto desde que el predecesor del presidente Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, envió al ejército a combatir a los cárteles de la droga poco después de asumir el cargo en el 2006.
El gobierno de Peña Nieto ha continuado la estrategia de desplegar al ejército para combatir el crimen organizado en lugares donde las fuerzas policiales locales o estatales son demasiado débiles para manejar la carga de seguridad solas.