(Reuters).- En México, el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo una de las más bajas votaciones de su historia pero con aliados mantendría su estrecha mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, según resultados preliminares de las elecciones intermedias del domingo.
El PRI, que gobernó México por 71 años seguidos hasta el 2000 y regresó al poder en 2012, obtuvo un 28.84% de los votos, seguido del conservador Partido Acción Nacional con un 20.86% y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) con un 10.7%, cuando se habían contabilizado 87.57% de los sufragios.
El porcentaje del partido oficialista es similar al de 2006, cuando divisiones internas lo hundieron al tercer lugar detrás del PAN y el PRD.
Los tres principales partidos obtuvieron menos sufragios en términos relativos porque organizaciones más pequeñas o de reciente creación -como Morena, liderado por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador- les restaron votos.
Aún así, el PRI obtendría 198 escaños de un total de 500, los que sumados a los de sus aliados Partido Verde y Nueva Alianza le permitiría llegar a los 251 que tiene actualmente, según un cálculo de la consultora BCG.
Según cifras de la autoridad electoral publicadas el domingo, el PRI y sus aliados podrían lograr entre 246 y 263 legisladores, pero para algunos no está todo contado.
El consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) Benito Nacif dijo hoy que aún hay que esperar porque podría haber variaciones en distritos muy reñidos.
“No lo puedes definir con tanta precisión (que el PRI y aliados van a obtener la mayoría) no se puede asegurar, ni tampoco que no la va a tener”, dijo a Reuters.
Pero en caso de no lograr la mayoría absoluta, el partido de Gobierno y sus aliados podrían echar mano a otras organizaciones más pequeñas para constituir alianzas.
Economía y violencia preocupan
Luego de haber aprobado varias reformas estructurales, la popularidad de Peña Nieto ha sido golpeada porque según sus detractores no ha podido erradicar la extendida corrupción así como la violencia del crimen organizado.
Y eso preocupa a los inversionistas de cara a las elecciones presidenciales del 2018.
“El principal riesgo para inversores y mercados hacia adelante es la posibilidad de que el comportamiento de la economía permanezca débil entre 2016-17 y los inquietantes asuntos de violencia, seguridad y supuesta corrupción no se alejen”, dijo un reporte de Goldman, Sachs & Co.
La gestión de Peña Nieto fue sacudida por la desaparición y masacre de 43 estudiantes de magisterio en septiembre del 2014 a manos de narcotraficantes coludidos con policías municipales.
Luego estallaron acusaciones de supuestos conflictos de interés que lo involucraron a él, a su esposa y a su ministro de Hacienda por la compra de casas a una contratista vinculada al Gobierno y que, según sus críticos, nunca fueron suficientemente aclarados.
En los comicios para gobernadores que se realizaron también el domingo en nueve estados, el PRI ganó en Campeche, Sonora y San Luis Potosí y perdió con el PAN en Baja California Sur y Querétaro. Aún no está claro el panorama en Colima.
En un hecho inédito, en Nuevo León, cuna de grandes empresas, por primera vez ganó un candidato independiente, Jaime Rodríguez, en momentos en que el actual gobernador priísta ha sido blanco de acusaciones de corrupción.
Por otro lado, el PRI arrebató al PRD el estado de Guerrero, uno de los más pobres y violentos del país y donde fueron secuestrados y asesinados los estudiantes.
En tanto, el PRD recuperó Michoacán que estaba en manos del PRI, y donde el gobernador renunció el año pasado en medio de sospechas de que su hijo era cómplice de los Caballeros Templarios, un cártel del narcotráfico que tenía al estado bajo acoso con extorsiones y secuestros.