(Reuters) Los abogados de los exaltos jerarcas del fútbol latinoamericano, todos en prisión domiciliaria en Estados Unidos por el escándalo de corrupción de la FIFA -el brasileño José Maria Marin, el paraguayo Juan Angel Napout, el peruano Manuel Burga, el guatemalteco Héctor Trujillo y el griego Costas Takkas- aseguraron que si hay un solo juicio, sus clientes serán perjudicados por detalles del caso que no les incumben directamente.
Ellos son los únicos cinco acusados en el escándalo de corrupción en la FIFA, que además aseguraron en diciembre ser inocentes por los cargos que se les imputa.
La jueza Pamela Chen, de la corte federal de Brooklyn, dejó la puerta abierta a la separación en dos grupos, lo cual implicaría dos juicios: por un lado los acusados de conspiración en la sudamericana Conmebol (Marin, Napout y Burga) y por otro Takkas y Trujillo, de la Concacaf (América del Norte, Central y el Caribe).
“Mi cliente se verá enfrentado día tras día tras día a evidencia que no está para nada relacionada con él. Esto lo perjudicará”, afirmó Charles Stillman, abogado de Marin, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, ante la jueza Chen.
“Podemos eliminar este daño con un juicio separado”, sostuvo.
Pero la fiscalía estadounidense no está de acuerdo, y la jueza, que aún no ha tomado una decisión, no parece proclive a atender el pedido de los acusados.
“Este es un caso inevitablemente complejo. Hay millones de páginas de evidencias”, dijo Chen, para quien los abogados defensores pueden explicar al jurado durante un único proceso el alcance de los actos de sus clientes.
“Un estilo de vida”
El juicio, que puede extenderse durante semanas o meses, está previsto para el 6 de noviembre, confirmó la fiscalía estadounidense.
La masiva acusación en el marco del escándalo FIFA tiene 236 páginas y describe 92 delitos en 15 esquemas de corrupción a lo largo de 24 años.
Los fiscales dijeron que preparan 350,000 documentos que presentarán como evidencia.
De los 40 acusados, hasta ahora 20 se declararon culpables pero aún no han sido sentenciados. Otros han sido o están siendo juzgados por los mismos delitos en sus países.
Tras los arrestos de muchos acusados en 2015, el gobierno estadounidense los acusó de aceptar más de US$ 200 millones en sobornos a cambio del otorgamiento de contratos de televisación y mercadeo de partidos, de influenciar las elecciones de la FIFA y de elegir a dedo a los anfitriones de la Copa del Mundo.
El centro de la acusación, lo que une las piezas del puzzle y permite según la fiscalía celebrar un solo juicio, es la conspiración en el marco de la ley contra el crimen organizado (RICO, o Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act, creada en los años ’70 para combatir a la mafia).
“Esto era generalizado, a través de países, a través de federaciones. ¡Este era un estilo de vida!”, dijo la fiscal Kristin Mace.
Apartamento de lujo
Los abogados del expresidente de la Conmebol Napout solicitaron asimismo por segunda vez la realización de un juicio acelerado para su cliente.
Napout “quiere regresar a Asunción, vivir su vida. ¡Ya ha pasado aquí casi dos años, bajo vigilancia 24/7! Ha sido perjudicado, hay negocios de los cuales no se puede ocupar, se le está acabando el dinero”, dijo a la jueza Chen la abogada Silvia Piñera.
“Estoy segura de que le cuesta bastante caro mantener un apartamento de lujo para él y su familia en Miami”, respondió la jueza, no sin ironía.
“Está bajo custodia, está en un país extranjero, no puede manejar su negocio. A mí no me gustaría vivir en Asunción ni que fuese en el palacio presidencial”, respondió la abogada de Napout, que es de Miami (Florida, sur).
Pero Chen no cedió y dijo que si fuese a conceder un juicio acelerado a un acusado, al último a quien se lo daría sería a Napout, que ha presentado varias mociones pidiendo por ejemplo la anulación de varios delitos de los que se le acusa (denegada), lo cual ha atrasado el dossier.