ROCÍO BARJA MARQUINA
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Cuando Luis Miguel Castilla asumió la cartera de Economía y Finanzas en julio del 2011, la mayoría lo conocía sólo como el técnico dedicado que trabajó con Mercedes Aráoz e Ismael Benavides. Dos años y siete meses después Castilla es conocido y reconocido como uno de los hombres más poderosos del Perú.
Tal denominación no es gratis. Castilla ha sabido ganársela a pulso, y gracias al espaldarazo que le brinda la aprobación de Ollanta Humala, pero sobre todo Nadine Heredia, a cada una de sus decisiones.
Una muestra de ello, es lo que el mismo señaló el último domingo: “en los más de dos años y medio que tengo en el gobierno, soy testigo de primera mano del rol que tiene ella (la primera dama), quien trabaja muy cerca con el gabinete y con el presidente de la República. Somos un equipo, pero las decisiones las toma el presidente con sus ministros”.
El ingreso de César Villanueva a la PCM significó para Castilla el inicio de algunos desencuentros. Villanueva cuando se le ofreció ser premier hace más de un año pidió la salida de Castilla al presidente Humala. Lo cual el mandatario no aceptó en esa oportunidad.
Posteriormente cuando asume el cargo la relación con Castilla nunca fue de lo mejor.
Las polémicas
Como todo en la vida, en los 31 meses que lleva al frente del despacho del jirón Junín, el día a día del titular del MEF no ha sido siempre color de rosa. Entre las controversias más largas que lleva a cuestas están el incremento de sueldos a los magistrados, policías y médicos. Cada uno de ellos, considerado como un tema de nunca acabar.
Pero eso no es todo. Su relación con el empresariado nacional también es algo indefinida y hasta extraña. Ello debido a que de un lado (para nadie es un secreto) gracias a su gestión, el sector privado ha podido tener una llegada más cercana al presidente de la República.
No obstante, al menos en un par ocasiones en lo que va del gobierno, los privados se han visto alertados de un posible cambio de política del gobierno que recuerda el estatismo (el caso de la posible compra de los activos de Repsol por Petroperú que después el gobierno desistió), lo cual incomodó a Castilla.
La Ley de Reforma del Sistema Privado de Pensiones también ha sido un tema cuestionado ya que el MEF presentó un proyecto sin tomar en cuenta a la SBS ni a las AFP.
Quizá la polémica más fuerte hasta ahora haya sido la que se inició con el incremento de los sueldos de los ministros, pero que luego se trasladó a un debate por el aumento del sueldo mínimo.
En esta última, desmentir públicamente a Villanueva hizo que este renuncie a la presidencia de la PCM, y el gobierno de Humala entre en carrera por su quinto primer ministro.
Estas polémicas, y otras más, han ocasionado que al menos en cuatro ocasiones en lo que va del gobierno, se haya voceado la salida de Luis Miguel Castilla.
Los aciertos
De otro lado, sería mezquino no reconocer los aciertos que ha tenido Castilla.
Uno de ellos es la Ley Servir, la cual busca elevar la calidad del funcionario público a través de un reconocimiento a la meritocracia. Pero además elimina desigualdades entre trabajadores de distintos regímenes.
Otra es la reforma del mercado de capitales, que tiene como objetivo reducir los costos de acceso a este mercado y diversificar los instrumentos de inversión, principalmente para generar financiamiento a pequeñas y medianas empresas, entre otros.