AFP.- El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, se dijo “estupefacto” por las enmiendas hechas por los diputados a una ley anticorrupción propuesta por los investigadores del escándalo Petrobras, en una nueva escalada de la guerra de poderes en el país.
“Estoy estupefacto por lo que pasó en Brasil. El voto en la Cámara de Diputados significó diezmar el proyecto de las diez medidas”, declaró Janot en un mensaje enviado al Ministerio Público desde la isla china de Hainan, donde participa en una reunión de fiscales del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
De ese proyecto “no quedó nada”, remató, sumando así su peso al de los fiscales de la Operación “Lava Jato” que investigan los fraudes a la petrolera estatal, que en la víspera amenazaron con renunciar si la iniciativa se transforma en ley y es promulgada por el presidente conservador Michel Temer.
La Cámara de Diputados dio media sanción a la iniciativa en una polémica votación durante la madrugada del miércoles en la que incluyó un anexo que permite acusar a jueces y fiscales de abuso de autoridad.
Cientos de integrantes del poder judicial se congregaron este mediodía frente al Supremo Tribunal Federal (STF) en Brasilia, para protestar contra la medida.
La protesta se llevó a cabo cuando el STF se aprestaba a discutir la admisión de una denuncia de corrupción contra el poderoso presidente del Senado, Renan Calheiros, que ya se dijo favorable a regular los “abusos” en las investigaciones.
“Hay mucha preocupación con el proyecto de las medidas contra la corrupción. Tal como salieron de la Cámara, afectan tanto la dependencia como la actuación de magistrados y fiscales. La población quiere que se investigue la corrupción y estas medidas generan el efecto contrario”, dijo a la AFP Clauber Costa Abreu, un juez de la ciudad de Goiania (centro oeste).
Los asistentes lucían prendedores con la leyenda “Unidos contra la corrupción” y portaban pequeños carteles que decían “Ese proyecto no es mío”.
Enmiendas trasnochadas
En el Senado, el juez federal Sergio Moro, devenido en emblema de la lucha contra la corrupción por su actuación en el caso Petrobras, debatía con los legisladores sobre límites y abusos en las investigaciones.
El magistrado tildó de “enmiendas trasnochadas” al capítulo incluido por los diputados que abre la puerta para acusar a miembros del poder judicial.
“Tenemos que tener claro que divergencias en la interpretación de la ley, los hechos y las pruebas no constituyen un abuso de autoridad. Es un tema delicado que toca indirectamente la autonomía de la magistratura. Tal vez no sea el mejor momento para esta nueva ley”, declaró el magistrado de Curitiba (sur).
Movimientos ciudadanos encabezados por Vem Pra Rua (VPR, Sal a la calle), que movilizaron a centenares de miles de personas contra la presidenta de izquierda Dilma Rousseff (2011-2016) antes de su destitución, llamaron a manifestarse el domingo a favor del poder judicial y contra la corrupción, en unas cien ciudades.
Desde China, Janot se dijo “más estupefacto aún” por la frustrada tentativa de Calheiros de someter las polémicas medidas a la aprobación de la Cámara alta el mismo miércoles por la noche, mediante un procedimiento de urgencia.
“Me he preguntado por qué sucedió eso. No quiero creer que el presidente de un poder haya abusado del poder, que haya utilizado su sillón y su pluma para obtener una ventaja personal”, declaró.
El enfrentamiento entre poderes en Brasil se intensificó en vísperas de la firma de un acuerdo de “delación premiada” entre la Justicia y la constructora Odebrecht, la más implicada en el escándalo de Petrobras, para obtener el testimonio de más de 70 ejecutivos a cambio de una reducción en sus eventuales condenas.
Se estima que más de un centenar de políticos podrían verse implicados en las acusaciones de lo que en Brasilia ya denominan “la delación del fin del mundo”.
