El editorial de Gestión: “Insatisfacción generalizada”

Si hay alguna sensación que dejó la explicación del mandatario Ollanta Humala frente a la crisis por el caso López Meneses fue, definitivamente, una de insatisfacción.

(USI)
(USI)

FALTA ESCLARECER. Si hay alguna sensación que dejó la explicación de Ollanta Humala frente a la crisis por el caso López Meneses fue, definitivamente, una de insatisfacción. De acuerdo a la versión del mandatario, el resguardo por 18 meses a la casa de López Meneses y la de su padre corresponde a una práctica habitual de corrupción dentro de la policía, que vende este servicio de custodia de manera irregular a ciudadanos cualesquiera. Es decir, el hecho de que, justamente, la persona resguardada haya sido un experto en temas de interceptación telefónica, haya tenido vínculos con el entorno de Ollanta Humala y con los cargos más altos de la Policía y las FF.AA., así como que haya cumplido un rol crucial en la mafia montesinista durante el gobierno de Fujimori es, según deja intuir el Presidente Humala, nada más que una desafortunada coincidencia.

La explicación de Humala abraza una de las versiones que se han aireado. El problema es que todavía no conocemos con qué evidencia el presidente ha tomado partido. Si es cierto que existe una red de corrupción dentro de la PNP que trafica con el servicio de resguardo, entonces, necesariamente, uno de los líderes de aquella mafia es el entonces director de la PNP Raúl Salazar, quien ordenó la protección en Batallón Libres de Trujillo; así como todos los generales que han confirmado la solicitud por parte del jefe del comando conjunto, José Cueto. Esta hipótesis ignora, además, las declaraciones del alcalde de Surco, quien dice haber informado por escrito al entonces jefe del comando conjunto, Luis Howell, de la protección que se le brindaba supuestamente a su domicilio pero con la dirección de López Meneses.

Naturalmente, las declaraciones de Humala han causado malestar entre los altos mandos de la Policía, lo cual nos lleva al trabajo que tiene por delante el nuevo Ministro del Interior, Walter Albán. Su nombramiento, igualmente, ha dejado insatisfechos a quienes esperaban una persona con mayor experiencia en el sector, alguien que pueda actuar con mayor independencia y que goce del respeto de la PNP. Humala, en cambio, le ha complicado la vida aún más dándole la bienvenida con el enfrentamiento entre el gobierno y la policía. Como ha dicho el ex viceministro del interior Carlos Basombrío, “peor que la crisis, es el manejo de la crisis”.

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