Todo tiene un cálculo político. Las últimas medidas tomadas por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en materia migratoria constituyen una “reforma parcial y temporal” que solo beneficiará en el corto plazo a un pequeño grupo de los más de 11 millones de indocumentados que viven en el país norteamericano.
Esta es la opinión del analista en temas internacionales, Farid Kahhat. “Es un avance en ausencia de una reforma migratoria”, señaló.
Lo que se aprobó por decretos
La acción ejecutiva anunciada por Obama la semana pasada podría suponer un alivio migratorio para cinco millones de indocumentados, la mayoría padres de hijos con ciudadanía estadounidense o residencia legal.
La medida incluye también la ampliación de la Acción Diferida (DACA), un plan aprobado en 2012 y que ha servido para evitar la deportación de más de medio millón de jóvenes que llegaron al país siendo niños.
Se beneficiarán los indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y carecen de antecedentes criminales. Estos indocumentados evitarán la amenaza de la deportación por tres años y obtendrán un permiso de trabajo, según el plan.
Otros también se verán protegidos por acciones como la ampliación de la DACA y los cambios al sistema actual de visas y permisos de residencia.
La reforma de Obama incluía dos propuestas centrales que no se realizarán mediante decretos: conceder permisos de trabajo a inmigrantes para que trabajen en EE.UU. y no tengan que regresar, y regularizar la situación migratoria de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Corto alcance
Farid Kahhat, docente principal de la Pontifica Universidad Católica del Perú (PUCP), señala que una reforma migratoria integral requeriría la aprobación del Congreso y eso no se dará en los próximos dos años del Gobierno demócrata.
“El problema es que porque (las medidas) son de orden ejecutiva, el Gobierno siguiente podría simplemente derogarla y en ese sentido, es solo temporal, tal vez ni siquiera logre beneficiar a medio millón de personas”, expresó.
“Obama hace esto porque le conviene políticamente. Con esta media, probablemente haya asegurado que en el 2016, los latinos vayan a votar en mayor proporción por los demócratas. Hay un cálculo político aquí. Además, sabe que una reforma migratoria divide a los republicanos. Mata dos pájaros de un tiro: lo favorece a él y a su partido”, indicó.
Reacción de republicanos
Desde demandas al mandatario por violar la Constitución hasta negar la aprobación del presupuesto público para el próximo año, los republicanos no saben cómo reaccionar ante los movimientos del Ejecutivo.
“Obama ya ha logrado algo que se proponía, dividir a los republicanos, y ellos mismo no saben muy bien cómo proceder a partir de ahora. Pone a los republicanos contra las cuerdas (…) No creo que los republicanos se atrevan a someter a juicio político a Obama por esto, podrían intentarlo, pero sería suicida”, indicó.