Italia (AFP).- Los ministros de Relaciones Exteriores del G7 alertaron este martes sobre el riesgo de escalada militar en Siria y mostraron su apoyo al secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, antes de sus conversaciones sobre el conflicto sirio con Moscú, un aliado clave del régimen de Damasco.
En el segundo día de la cumbre del G7 en la ciudad de Lucca, en el norte de Italia, los ministros de Exteriores del grupo (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Canadá, Francia e Italia) mantuvieron una reunión sobre Siria con diplomáticos de Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Jordania y Catar.
“Todos los Estados del G7 quieren evitar una escalada militar y desean una solución política sin una nueva espiral de violencia”, declaró el ministro alemán Sigmar Gabriel después de esa reunión en la ciudad toscana.
“Queremos que Rusia respalde el proceso político para una resolución pacífica del conflicto sirio”, añadió Gabriel, que afirmó que Tillerson goza de “todo el apoyo” del G7 para sus conversaciones en Moscú, adonde viajará este martes.
Antes de la visita de Tillerson, Washington ha incrementado la presión sobre el Kremlin para que refrene a su aliado, el presidente sirio Bashar al Asad, amenazando con tomar nuevas represalias contra éste si vuelve a recurrir a las armas químicas.
El viernes, unos buques estadounidenses estacionados en el Mediterráneo lanzaron 59 misiles de crucero Tomahawk contra un base aérea siria en respuesta a un supuesto ataque químico atribuido al régimen sirio, que causó 87 muertos en la localidad rebelde de Jan Sheijun, en el noroeste de Siria.
Bombas de barril
El lunes, Washington advirtió nuevamente al Gobierno sirio que no procediera a nuevos ataques con armas químicas y aseguró haber destruido el 20% de la aviación de Al Asad en su bombardeo de la semana pasada.
El portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer fue aún más lejos al advertir que el presidente Donald Trump podrá ordenar nuevos ataques como represalia si se verifica el uso de bombas de barril por parte de la tropas gubernamentales.
“Si arrojas gas a un bebé o lanzas una bomba de barril contra gente inocente, habrá una respuesta de este presidente”, aseguró el portavoz.
Se trata de la primera vez que la administración estadounidense se refiere a las bombas de barril, un tipo de artefacto explosivo que suele provocar un gran número de víctimas.
Un alto funcionario de la Casa Blanca corrigió luego el tiro, al sostener que “nada ha cambiado” en la posición oficial estadounidense.
Moscú y Teherán amenazaron, por su parte, a Washington con una “reacción firme” ante toda nueva “agresión a Siria”.
Varias rondas de negociaciones auspiciadas por la ONU han fracasado en su intento de poner fin a una guerra que ha causado más de 320,000 muertos y millones de desplazados desde marzo de 2011.