Los fiscales de Corea del Sur recomendaron una sentencia de 12 años de prisión para Lee Jae-yong, el multimillonario de 49 años de edad y vicepresidente de Samsung Electronics, al exhortar a los tribunales que lo declararen culpable de sobornos y otros delitos.
Preso de la emoción, en sus declaraciones finales del juicio de cuatro meses, Lee negó haber buscado favores políticos. Fue arrestado en febrero en medio de un amplio escándalo de corrupción que desató meses de protestas callejeras y culminó con la impugnación de la presidenta surcoreana.
Un panel de tres jueces en la corte central de Seúl dijo que emitirá su fallo el 25 de agosto.
Lee, heredero de la mayor fortuna en Corea del Sur y de la compañía más grande de la nación, dijo que su ordalía era injusta, pero que él había reflexionado durante sus seis meses en prisión y que se había dado cuenta de que mientras más grande se volvía Samsung, “más estrictas y mayores son las expectativas de la gente”, según un reporte de la audiencia del lunes.
“Ya sea para mí o mi beneficio financiero, nunca le pedí a la presidenta ningún favor”, dijo en la corte.
En su alegato final del juicio, el fiscal especial Park Young Soo dijo que los sobornos de que se acusa a Samsung son típicos de los lazos estrechos y corruptos entre el gobierno y las grandes empresas. Esos acuerdos una vez ayudaron a estimular la rápida industrialización del país, pero son considerados cada vez más ilegales e injustos.
Park acusó además a funcionarios de Samsung de mentir en sus testimonios para proteger a Lee.
En casos previos, las cortes surcoreanas a menudo han impuesto sentencias suspendidas a miembros de la elite empresarial del país. En algunos casos, los presidentes los han perdonado, argumentando sus contribuciones a la economía nacional, pero fallos recientes en casos de delitos financieros han mostrado menos indulgencia. Si es declarado culpable, Lee pudiera ser el primer miembro de su familia en ir a prisión.