El Fiscal general de Estados Unidos dará testimonio ante el Senado en sesión abierta

En las últimas dos semanas Washington ha sido escenario de constantes rumores de asperezas entre Trump y Jeff Sessions, al punto que parte de la prensa llegó a asegurar que el Fiscal General tenía lista una carta de renuncia al cargo.

(AFP) El Fiscal General y Secretario de Justicia de Estados Unidos, Jeff Sessions, ofrecerá el martes una audiencia pública sobre sus relaciones particulares con funcionarios rusos, informó este lunes el Comité del Senado para asuntos de Inteligencia.

Ese comité conduce una de las investigaciones en marcha en el país sobre el alegado papel desempeñado por Rusia durante las elecciones presidenciales del año pasado, y el jueves realizó una audiencia demoledora para el gobierno con el exdirector del FBI James Comey.

Sessions ya se declaró impedido de participar en cualquier forma en una investigación sobre el mismo asunto que es conducida en el Departamento de Justicia, donde para ello se designó a un fiscal especial e independiente, Robert Mueller.

Durante toda la campaña de 2016, Sessions, quien fue uno de los primeros legisladores a apoyar la candidatura de Donald Trump, mantuvo contactos con funcionarios rusos, incluyendo reuniones que ocultó a los senadores durante las audiencias para su confirmación.

La comparecencia de Sessions ante la comisión del senado sobre asuntos de inteligencia había sido negociada durante todo el fin de semana en la capital estadounidense, aunque restaba confirmar si el funcionario aceptaría hablar bajo juramento en audiencia pública.

Una escueta nota del comité senatorial puso este lunes punto final a las especulaciones: “La audiencia se realizará (…) en sesión abierta”, expresó. La sesión deberá arrancar a las 14H30 locales (18H30 GMT).

Controversia interminable
Antes de asumir como nuevo Secretario de Justicia y Fiscal General, Sessions fue senador durante 20 años por el estado de Alabama (sureste), y desde su banca fue un enérgico defensor de la ‘mano dura’ contra inmigrantes ilegales, precisamente uno de los aspectos centrales de la campaña de Trump.

En las últimas dos semanas Washington ha sido escenario de constantes rumores de asperezas entre Trump y Sessions, al punto que parte de la prensa llegó a asegurar que el Fiscal General tenía lista una carta de renuncia al cargo.

La pasada audiencia con Comey y la planeada para el martes con Sessions constituyen capítulos de la interminable controversia sobre el papel de Rusia durante la elección presidencial del año pasado en Estados Unidos.

Esa controversia estalló ya durante la campaña con el pirateo informático al Comité Nacional del Partido Demócrata.

Más tardes, miles de correos electrónicos del comité de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton fueron distribuidos en el sitio web WikiLeaks.

A fines de 2016, diversos órganos estadounidense de inteligencia afirmaron -con diverso grado de certeza- que Rusia estaba por detrás del pirateo cibernético y la distribución de los correos electrónicos para ayudar a Trump a ganar las elecciones.

Ese escándalo se vio apoyado en diversos contactos que personas ligadas a la campaña de Trump mantuvieron con altos funcionarios rusos, alimentando la nube de sospechas.

Ya durante la campaña el caso había provocado la renuncia del empresario Paul Manafort, quien se desempeñaba como coordinador de la máquina política de Trump pero mantenía contratos comerciales millonarios con Rusia.

“100%” dispuesto
Como director del FBI, Comey conducía una investigación que centró sus atenciones en el general Michael Flynn, quien fue nombrado Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Flynn había mantenido conversaciones con un alto diplomático ruso ya antes de asumir su cargo, y posteriormente ocultó a sus superiores esos contactos.

En mayo, Trump despidió a Comey alegando que la investigación sobre Rusia era una “nube” que el FBI era incapaz de disipar.

Sin embargo, ante el Senado Comey aseguró que Trump le pidió que dejara tranquilo a Flynn, un gesto que de acuerdo con la legislación estadounidense puede ser visto como una tentativa de obstrucción de justicia.

Este escenario caótico motivó el nombramiento de Mueller como fiscal especial para investigar el caso.

Así, los senadores quieren ahora saber cuál fue el papel del Fiscal General Sessions sobre el despido de Comey.

El viernes, el propio presidente Trump dijo estar “100%” dispuesto a declarar bajo juramento ante Mueller sobre esta controversia.

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