Fidel Castro y sus medidas emblemáticas que fueron revertidas por su hermano Raúl

Raúl acabó con prohibiciones que él mismo calificó como “excesivas”, permitiendo a los cubanos adquirir celulares y computadoras, rentar autos, hospedarse en hoteles y viajar al exterior.

La Habana (AFP).- El presidente cubano Raúl Castro revirtió medidas emblemáticas de su hermano Fidel, al eliminar un símbolo como el Ministerio del Azúcar, acabar con prohibiciones “excesivas” y restablecer las relaciones con Estados Unidos.

Raúl, que abrió espacio al sector privado en la economía aunque dice que sus reformas son una mera “actualización” del modelo socialista, sucedió en el mando a su hermano y mentor en 2006, después de haber sido casi medio siglo el número dos del régimen y ministro de las Fuerzas Armadas.

Nombrado presidente por el Parlamento en febrero de 2008 y primer secretario del Partido Comunista (único) en abril de 2011, en ambos casos en sustitución de Fidel, Raúl dio muestras de pragmatismo ante los complejos problemas de la isla y para encarar las relaciones con Washington, que mantiene un embargo económico sobre la isla desde 1962.

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Así, en marzo pasado recibió en La Habana la histórica visita del presidente estadounidense Barack Obama, con quien incluso asistió a un partido de béisbol.

Nunca se conoció una discrepancia con Fidel, aunque Raúl dio pasos en la dirección contraria a su hermano, a quien secundó desde el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, la primera acción armada de la Revolución cubana.

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Mientras Fidel destinaba su retiro a cuidar de su salud, escribir artículos y cultivar moringa, Raúl, cinco años menor, no descansó en introducir reformas: levantó la prohibición a la compraventa de casas y autos, cortó subsidios, amplió la economía privada y redujo la abultada planilla estatal.

Celulares y viajes
También acabó con prohibiciones que él mismo calificó como “excesivas”, permitiendo a los cubanos adquirir celulares y computadoras, rentar autos, hospedarse en hoteles y viajar al exterior.

Por propuesta suya, el VI Congreso del partido aprobó en abril de 2011 más de 300 “lineamientos” para potenciar el sistema económico de corte soviético, que ha sido incapaz de dar prosperidad a los cubanos e induce a miles de ellos a emigrar cada año en busca de una vida mejor, a veces en peligrosas travesías en balsas por el mar.

Estos lineamientos contemplan un mayor espacio para la iniciativa privada, en un país donde Fidel nacionalizó en 1968 hasta los pequeños negocios de barrio y donde todos temían ser acusados de “enriquecimiento ilícito”.

El Estado controla todavía casi el 90% de la economía y emplea a más del 80% de los trabajadores, a los que paga en promedio unos 20 dólares mensuales, pero con la apertura ha surgido un floreciente sector con altos ingresos y creciente nivel de consumo.

Sus reformas han buscado potenciar la agricultura, para lo cual el gobierno ha entregado en usufructo más de 1,4 millones de hectáreas ociosas a más de 163.000 agricultores privados y cooperativas, a las que autorizó vender directamente sus productos a los hoteles.

- Achicar el aparato estatal –

En septiembre de 2011 Raúl eliminó el Ministerio del Azúcar, un emblema de la revolución creado por Fidel en 1964, y lo sustituyó por un conglomerado empresarial similar a los existentes en naciones capitalistas, pero estatal.

En enero de 2013 puso en vigor una reforma migratoria que acabó con las restricciones para viajar al exterior, que su hermano había impuesto a los cubanos medio siglo antes.

Otra reforma entró en vigor el 1 de enero de 2012 para convertir empleados de empresas estatales de servicios en trabajadores privados, al profundizar un programa experimental que partió con las peluquerías en abril de 2010.

Raúl, que reintrodujo en 2011 los créditos bancarios y quitó subsidios creados por su hermano, se ha empeñado en recortar la abultada planilla estatal, de cinco millones, lo que implica que más cubanos deberán ganarse la vida por “cuenta propia”, una modalidad prácticamente eliminada por Fidel en los años 1960.

En 2015, los “cuentapropistas” eran unos 477.000, más del doble que en octubre de 2010, cuando Raúl amplió el trabajo privado en Cuba, uno de los cinco países comunistas del mundo junto a China, Vietnam, Laos y Corea del Norte.

Raúl también ha realizado desde 2010 diversas liberaciones de presos políticos.

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