(AFP) Tras la sacudida del Brexit, el futuro del proyecto europeo irrumpió este viernes en el cierre de campaña electoral en España, donde la derecha en el poder se erigió en garante de la estabilidad frente al partido antiausteridad Podemos.
Casi todos los candidatos cerraron las dos semanas de campaña con mítines en Madrid, salvo el socialista Pedro Sánchez que lo hizo en Andalucía, bastión tradicional del PSOE en el sur del país.
En una calurosa noche de verano, miles de españoles se congregaron para escucharlos al aire libre.
“Hoy hay un mensaje para todos los europeos y es un mensaje muy claro la Europa de los recortes sociales, la Europa que humilla a los refugiados y no cumple los derechos humanos no sirve y no seduce”, lanzó al filo de medianoche el líder de Podemos, Pablo Iglesias.
“Hay que señalar con el dedo a los responsables de las políticas de austeridad como lo que son, los enterradores del proyecto europeo”, agregó ante una multitud reunida en el parque Madrid Río, mientras recordaba sus lazos con el movimiento de los ‘indignados’.
La coalición Unidos Podemos, formada junto a los ecolo-comunistas de Izquierda Unida, aspira a imponerse como segunda fuerza política, adelantando a los socialistas.
Un avance que desagrada al jefe del gobierno conservador saliente, Mariano Rajoy.
Ante los grandes desafíos que planteará la salida británica de la Unión Europea, “no es momento para experimentos”, aseguró en una masiva concentración en la céntrica plaza Colón de Madrid.
Y advirtió contra el peligro de votar a quienes su Partido Popular califica de “euroescépticos”. Su acto había comenzado con un vídeo en el que, en viejas imágenes de archivo, Pablo Iglesias llamaba a “tomar el control de la política monetaria, saliendo del euro”.
A dos días de las elecciones, queda por ver el impacto real del Brexit en los 36 millones de españoles convocados a las urnas el domingo para las legislativas.
En opinión del politólogo Pablo Simón, de la Universidad Carlos III, una situación de incertidumbre “tiende a favorecer al partido en el gobierno”. Sin embargo, Sara Morais del instituto de sondeos GAD3 considera que el Brexit puede reforzar la polarización, beneficiando a Podemos y PP.
Vayamos a votar
Estas elecciones se celebran seis meses después de las legislativas de diciembre, calificadas de históricas por la irrupción de dos nuevas formaciones -Podemos y el liberal Ciudadanos- que acabaron con décadas de bipartidismo.
Sin embargo, en un parlamento muy fragmentado, las cuatro grandes formaciones no lograron ponerse de acuerdo para formar gobierno.
Esta vez los partidos se esforzaron por movilizar a los electores tentados de quedarse en casa.
En su último mitin, en Sevilla, el líder del PSOE Pedro Sánchez reivindicó los grandes logros sociales registrados en España desde el regreso de la democracia en 1978.
“Por lo que hicieron nuestros padres y nuestras madres, nuestros abuelos y nuestras abuelas, vayamos a votar”, lanzó.
La participación en las elecciones de diciembre fue de 73.2%. Según algunos expertos, en éstas podría bajar hasta 65%, lo que debería beneficiar al PP.
“Pienso que los españoles se están implicando muy poco en política; es un fallo, yo estoy en total desacuerdo porque es la vida de todos lo que nos jugamos ¿no?”, decía a la AFP Ileana Vellón, madre de familia de 51 años, decidida a votar a Podemos.
“¡Tengo esperanza en que el cambio llegue ya!”, agregaba, recordando las políticas de austeridad conservadoras que, con el argumento de sacar al país de la crisis, dispararon la desigualdad social.
El PP, que según las encuestas debería ganar las elecciones pero muy lejos de la mayoría absoluta, intentó recuperar el terreno perdido ante Ciudadanos, que denuncia principalmente la corrupción de los conservadores y su discurso del miedo.
“De lo que yo tengo miedo es de que a los corruptos les siga valiendo la pena robar y a los parados no les valga la pena buscar trabajo”, lanzó el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en un pequeño acto en la madrileña plaza de la Ópera.
Emiliano Valcárcel, gestor de 26 años, asegura que le “gusta mucho” Rivera. Y sin embargo, reconoce que votará al PP en busca de un gobierno estable. Votar a Ciudadanos “es un voto perdido”, considera con cierta resignación.