Sao Paulo (Reuters).- Estados Unidos espió emails y conversaciones telefónicas de la presidenta brasileña Dilma Rousseff y del mexicano Enrique Peña Nieto, según documentos divulgados por la televisión brasileña, en un incidente potencialmente explosivo para las relaciones de Washington con las dos mayores economías de América Latina.
Irritada, Rousseff mandó a convocar en la mañana del lunes al embajador de Estados Unidos para explicar la aparente violación de su soberanía.
Documentos filtrados por el ex contratista estadounidense Edward Snowden y revelados el domingo por la noche por la Rede Globo sugieren que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por su sigla en inglés) interceptó mensajes de Peña Nieto durante la campaña electoral del 2012 con los nombres de algunos de sus futuros ministros.
“El Equipo de Liderazgo de México de la NSA realizó un esfuerzo de desarrollo de blanco de dos semanas contra uno de los principales candidatos presidenciales de México, Enrique Peña Nieto”, dice uno de los documentos mostrados por el programa Fantástico de Globo.
Un portavoz de la presidencia de México declinó comentar el reporte de la Rede Globo.
También se espiaron llamadas telefónicas y mensajes de Rousseff y sus principales asesores, según un documento de la NSA entregado por el fugitivo Snowden al periodista Glenn Greenwald, del diario The Guardian de Londres y colaborador de la brasileña Rede Globo.
El documento, al parecer una presentación interna sobre herramientas de espionaje electrónico de la NSA, dice que la agencia “fue capaz de aplicar con éxito esta técnica contra objetivos brasileños y mexicanos experimentados con OPSEC (seguridad de operaciones)”.
Los nuevos documentos ahondan el malestar en varios países de América Latina tras revelaciones previas de que la NSA había espiado las comunicaciones de sus ciudadanos.
Y el impacto podría ser demoledor para la aproximación de Brasil con Estados Unidos, que incluye una visita oficial de Rousseff a Washington en octubre. La situación también es muy incómoda para México, un importante socio comercial y aliado de Estados Unidos.
El Gobierno brasileño dijo que exigiría explicaciones a Estados Unidos y podría llevar el caso ante Naciones Unidas.
“Es una ofensa clara a la soberanía brasileña”, dijo el ministro de Justicia, Eduardo Cardozo, a la emisora CBN. “Es una situación que evidentemente requerirá medidas importantes que el Gobierno brasileño tendrá que tomar”.
Cardozo dijo que Rousseff ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores convocar al embajador estadounidense, Thomas Shannon, para explicar el informe sobre espionaje.
El reporte sobre el espionaje a Rousseff llega en momentos en que Estados Unidos cabildea para vender aviones cazas F/A-18 Super Hornet a Brasil, en un codiciado contrato de defensa por más de 4,000 millones de dólares.
Snowden filtró en junio decenas de documentos secretos de la NSA a Greenwald y a otros periodistas. Buscado por la justicia de Estados Unidos, el ex contratista está refugiado en Rusia.