El Cairo (AFP).- Cada vez más arrinconados en Siria e Irak, los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) han intensificado su acción violenta con dos atentados mortales contra sendas iglesias coptas en Egipto, estiman los expertos.
La rama egipcia del grupo EI, que reivindicó los ataques contra dos iglesias en el norte de Egipto el domingo, en Alejandría y en Tanta, era hasta ahora muy activa en el norte del Sinaí, donde ha matado a cientos de policías y soldados.
Pero, a pesar de algunos atentados de peso perpetrados en esta región colindante con Israel y la franja de Gaza, el grupo nunca ha conseguido apoderarse de ninguna urbe. Al contrario de lo que ha podido hacer en Irak y Siria, donde proclamó un “califato” en 2014.
Si bien la organización ya había atacado a los coptos en el pasado, su campaña contra la minoría cristiana empezó a ganar intensidad en diciembre, con un atentado suicida en una iglesia de El Cairo que dejó 29 muertos.
Cambio de táctica
¿La razón? “El EI está presionado en Irak y en Siria, así que lleva a cabo ataques espectaculares en otras partes: es un intento de retomar el control de su imagen, reforzar la moral de las tropas y conseguir nuevos reclutas”, considera Jantzen Garnett, experto de Navanti Group Analytics.
En Irak y en Siria, los yihadistas acumulan derrotas. Están a punto de perder Mosul, segunda ciudad de Irak.
Mientras que en Egipto, en enero y febrero, siete coptos fueron abatidos en el norte del Sinaí, lo que llevó a decenas de familias cristianas a huir de la zona.
“Los ataques por motivos religiosos [del EI] muestran que la organización sigue estando en fase ‘de expansión’ a pesar de los reveses en el campo de batalla, y animan a quienes son ideológicamente próximos a ellos a apoyar al grupo”, confirma Zack Gold, un experto del Rafik Hariri Center for the Middle East.
En un video de propaganda difundido en febrero, el grupo prometía aumentar los ataques contra los cristianos de Egipto, a los que tildaba de “politeístas”.
‘Presencia creciente’
Son los atentados más sangrientos cometidos en los últimos años contra los coptos, que representan el 10% de los 92 millones de egipcios.
Con todo, esta comunidad lleva siendo atacada desde hace varios años. En enero de 2011, un atentado suicida a la salida de una iglesia de Alejandría causó más de una veintena de muertos.
Y, tras el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi por parte del ejército en 2013, la minoría fue objeto de varios ataques por haber apoyado la rebelión militar.
Para los expertos, los atentados de diciembre y de abril sugieren una presencia creciente de las células yihadistas fuera del Sinaí.
Después del atentado de diciembre, el presidente Abdel Fatah Al Sisi anunció que se había arrestado a yihadistas, aunque admitió que otros habían escapado.
El grupo yihadista Ansar Beit Al Maqdess había llevado a cabo numerosos atentados contra la policía fuera del Sinaí antes de jurar fidelidad al grupo EI en noviembre de 2014.