Quito (Reuters).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, asumió su tercer mandato con la promesa de redoblar reformas para ampliar el control del Estado y profundizar su “revolución”, para llevar al país andino a una década de modelo socialista.
El economista de 50 años obtuvo la reelección en primera vuelta en los comicios de febrero con un 57% de apoyo de los ecuatorianos, respaldo ganado por una elevada inversión pública y millonarios programas de ayuda social a los más pobres.
“Sí, juro”, expresó Correa al asumir su nuevo mandato de cuatro años en un solemne acto al que asistieron los presidentes de los países vecinos, Colombia y Venezuela, y otros mandatarios de la región.
Poco después la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, también tomó juramento al nuevo vicepresidente, Jorge Glas, un ingeniero que estará a cargo de los sectores estratégicos.
Para los próximos cuatro años, Correa prometió mantener el gasto social, que ha sostenido el crecimiento de la economía en sus dos mandatos, y extender el control del Estado a otros sectores polémicos como el agua, las tierras y la comunicación.
“En función de ustedes (ecuatorianos) es que nosotros actuamos aunque falta mucho por hacer, falta mucho camino para alcanzar el Ecuador que soñamos”, dijo Correa en una entrevista televisada días antes de asumir el cargo. “Ahora está prohibido fallar”, agregó.
En los últimos seis años, la economía ha crecido en un promedio del 4.3% y la inversión pública se multiplicó por seis sobrepasando los 11,000 millones de dólares en el 2012, según datos oficiales.
En la mira del mandatario está la ley de tierras y la ley de aguas que apuntan a una mejor distribución y uso de los recursos, y una ley de comunicación como parte de una cruzada para combatir a medios privados a los que ha acusado de corruptos.
A Correa le será fácil llevar adelante las prometidas reformas, pues tiene una amplia mayoría en la Asamblea Nacional con 100 escaños, que le permitirán pasar leyes sin mayores obstáculos.
Al mismo tiempo, el Gobierno prevé concluir con la construcción de represas hidroeléctricas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y desarrollar la matriz productiva del país, en un intento por diversificar la economía y depender menos del petróleo para su desarrollo.
Correa además tiene previsto en este periodo concluir la negociación de contratos con mineras extranjeras para atraer inversión al incipiente sector y concluir con una licitación petrolera para aumentar la producción estatal.
Recientemente envió a la Asamblea reformas a la ley de minas para viabilizar las tratativas.
Los críticos de Correa dicen que buena parte del éxito de su gestión se ha debido a los elevados precios del petróleo y lo acusan de ser autoritario y controlar todos los poderes del Estado.
Ecuador produce unos 504,000 barriles por día (bpd) de crudo, de los cuales exporta cerca de un 25% principalmente a China y Estados Unidos.
Aunque analistas dicen que es difícil prever cómo será el nuevo periodo de Correa, muchos esperan una radicalización de las medidas para modificar la matriz productiva y un camino libre para aplicar los cambios por el control que tiene en la Asamblea.
“Correa podrá hacer cosas que nadie más podría hacer y si cumple con su discurso de un país distinto, Ecuador tiene opciones de salida”, dijo Francisco Rocha de la firma local InformarK. “No se ven planteamientos novedosos para estos cuatro años que no sea la radicalización, pero no está claro en cuáles sectores”, agregó.