Quito (AFP).- El candidato oficialista de izquierda Lenín Moreno lidera la primera vuelta de las presidenciales en Ecuador, las más reñidas de los últimos años, aunque sin alcanzar aún el 40% que se requiere para obtener el triunfo y evitar el balotaje.

El exvicepresidente Moreno, del movimiento socialista Alianza País, alcanza 39.10% de los sufragios válidos frente a 28.30% del exbanquero conservador Guillermo Lasso, tras el conteo del 88.76% de los electores.

Para ganar en primera vuelta, como lo hiciera el presidente socialista Rafael Correa en el 2009 y 2013, se necesita un 40% de los votos válidos y una diferencia de diez puntos sobre el segundo.

“Me gustan los retos grandes, los retos fuertes, y de éste voy a salir adelante”, declaró Moreno, de 63 años, en una entrevista con el canal Telesur.

Opinó que el país “está divido”, por lo que llamó a que “compartamos el ejercicio de poder, la ciudadanía y nosotros”.

Si obtiene la victoria, Moreno se convertirá en el primer ecuatoriano con discapacidad en asumir la presidencia, pues sufre una paraplejia consecuencia de un disparo en un asalto en el 1998.

Vigilia contra el fraude.
Lasso, de su lado, no se da por vencido y prepara su campaña para la segunda vuelta, programada para el 2 de abril.

“El trabajo territorial empieza desde el día de hoy, intentaremos estar en todos los rincones de la patria porque no vamos a descansar hasta lograr la victoria definitiva del pueblo ecuatoriano, que quiere el cambio”, señaló al canal Teleamazonas.

Este lunes, desde muy temprano, decenas de seguidores de Lasso continuaban concentrados frente al Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito en una vigilia para exigir transparencia en el escrutinio.

“Hemos pasado toda la noche en vigilia justamente porque el objetivo es vigilar de que se está haciendo un fraude, que es evidente, es claro, de que se está queriendo robar la voluntad de un pueblo que quiere un cambio”, dijo a la AFP la empresaria Lyda Alzate.

En la madrugada, a medida que el recuento iba avanzando con extrema lentitud a favor de Moreno, el candidato a vicepresidente de Lasso, Andrés Páez, denunciaba un fraude en marcha, lo que fue desmentido por la autoridad electoral.

Está prevista una rueda de prensa del CNE esta mañana para la difusión de los resultados definitivos.

Desgaste
Los analistas siempre advirtieron que iba a ser duro llevar al correísmo a segunda vuelta, cuando cuenta con una base de 30% de sólido apoyo en el país.

Sin embargo, el oficialismo ha sufrido una contundente pérdida de votos en relación a las presidenciales de 2009 y 2013, debido a la ausencia de Correa, una delicada situación económica y denuncias de corrupción que ensombrecieron la campaña.

Los resultados aún no permiten confirmar si el correísmo mantendrá la mayoría de dos tercios en el Legislativo.

“Antes Correa ganaba por más del 50%, por la bonanza que había en ese momento. La gente sentía que vivía mejor, pero eso ya no es así”, dijo a la AFP el economista Alberto Acosta-Burneo, consultor del Grupo Spurrier.

Según el gobierno, el deterioro de la economía se debe a factores externos como la debacle de los precios petroleros, la devaluación de monedas vecinas, el fortalecimiento del dólar o los costos del terremoto del pasado abril.

Moreno, cuyo estilo conciliador contrasta con el temperamental Correa, representa el continuismo de un sistema que combina un disparado gasto social con altos impuestos y elevado endeudamiento.

La corrupción, que está salpicando a políticos de la región, también se fue instalando poco a poco como tema en la campaña con casos como el de la estatal Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de la firma brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, por unos US$ 33.5 millones.

Assange y la izquierda
El resultado de estas elecciones será decisivo para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde el 2012 para evitar su extradición a Suecia por supuestos delitos sexuales que él niega.

Moreno es partidario de mantener el asilo, pero Lasso dijo a la AFP que, de llegar al poder, se lo retirará.

Y la elección podría dar un alivio a la izquierda latinoamericana, muy golpeada en la región tras el giro en Argentina, Brasil y Perú.

De esa manera, los ecuatorianos podrían frenar lo que Correa define como una “restauración conservadora” en la región.