Washington, (AFP).- Donald Trump reiteró este jueves su promesa de construir “el muro 100%”, pero parece suavizar su postura sobre el futuro de los 11 millones de indocumentados, enviando señales mixtas sobre la piedra angular de su campaña presidencial.
“Vamos a construir el muro 100% y México pagará por el muro”, dijo Trump en un mitin en Manchester (New Hampshire, noreste).
El magnate inmobiliario luego dijo que “acabará con la inmigración ilegal”, pero dejó en el aire la quid del asunto: qué sucederá con la población de indocumentados.
El tema concentra la especulación de los medios en las últimas 48 horas. Trump, que relanzó su campaña la semana pasada para frenar los efectos negativos de sus controversias, envía mensajes contradictorios.
Por un lado contrató como director general de su equipo al jefe del punzante sitio conservador Breitbart, pero por otro, y cediendo a las presiones de la dirigencia republicana, sus discursos son leídos, alejando la posibilidad de polémicas inútiles.
Mientras tanto intenta ampliar su base electoral con llamados hacia los votantes negros y latinos.
Pero en inmigración, pilar de su candidatura y donde en algún momento había propuesto una “fuerza de deportación”, mantiene ahora una postura ambigua.
El martes y el miércoles dio a entender que ya no aprueba la deportación en masa de los inmigrantes clandestinos, en su mayoría de origen latinoamericano, y evocó un eventual “ablandamiento”, que aparentemente rompería con una promesa emblemática de su campaña.
Trump dijo que anunciará una “decisión muy pronto”, posiblemente la semana próxima en Phoenix, Arizona (suroeste).
El giro es llamativo. Las ideas que propone ahora -expulsar a los indocumentados “malos” y dejar al resto quedarse tras pagar una multa e impuestos- parecen confundirse con los distintos proyectos de reforma migratoria propuestos por republicanos moderados y demócratas durante años, y rechazados por Trump y la derecha conservadora.
Sigue soñando
El bando demócrata no ha dejado pasar esta tentativa del magnate inmobiliario de cambiar su imagen.
Hillary Clinton, que mantiene una cómoda ventaja en los sondeos, se lanzó a probar que Trump no ha cambiado, resumiendo su candidatura en dos palabras: “perjuicio y paranoia”.
En un discurso en Reno (Nevada, oeste), Clinton acusó a Trump de vincularse con la “extrema alternativa” (alt right, en inglés), una corriente de extrema derecha que propaga por internet teorías de conspiración que son el deleite de los seguidores del empresario neoyorquino.
“Está sacando de las sombras a grupos de odio y ayudando a una franja radical tomar el control del Partido Republicano”, afirmó la exsecretaria de Estado.
“Un hombre con una larga historia de discriminación racial, que trafica con oscuras teorías de conspiración sacadas de las páginas de tabloides de supermercados y los rincones más oscuros de internet, nunca debería dirigir nuestro gobierno o comandar nuestras fuerzas armadas”, señaló.
“Promovió la mentira racista que el presidente Obama no es realmente un ciudadano estadounidense”, dijo, antes de enumerar las controversias protagonizadas por Trump como su negativa a desaprobar el apoyo de un exjefe del grupo racista Ku Klux Klan.
Clinton denunció también el gusto del magnate por las teorías de conspiración, especialmente las relacionadas con la salud de la exprimera dama, quien cumplirá pronto 69 años.
“Lo único que puedo decir, Donald, es ‘sigue soñando’”, respondió.
“Lo último que necesitamos en la sala situacional es un gatillo alegre que no puede saber, o no le importa, la diferencia entre un hecho y la ficción, y que cae tan fácilmente en rumores manchados de racismo”, afirmó
Y “por cierto, México no pagará por su muro”, añadió.
Trump anticipó esas declaraciones, señalando en el mitin que Clinton “va a acusar a estadounidenses decentes que apoyan esta campaña de ser racistas, lo cual no somos. Es la jugada más vieja en el libro demócrata”.
“Todas las políticas apoyadas por Hillary Clinton han fallado y traicionado las comunidades de color en este país”, añadió.
A once semanas de las elecciones, la candidata demócrata lidera ampliamente todos los sondeos. Un nuevo estudio Quinnipiac le dio este jueves 51% de las intenciones de voto, contra 41% para Trump.