AFP.- Documentos pertenecientes a una investigación sobre la alegada interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses del 2016, y filtrados a la prensa, parecen confirmar que el sistema de voto electrónico es vulnerable.
Informes de inteligencia divulgados por la publicación electrónica The Intercept muestran un ataque cibernético contra más de un centenar de funcionarios electorales y empresas vendedoras de software, y así agitan el fantasma de una tentativa de manipular votos.
Durante años expertos en seguridad alertaron, aún sin una conexión a la red Internet, que el sistema de votación podía ser vulnerable en Estados Unidos , donde existen diversas modalidades que dependen de estados y municipios, con diverso grado de protección.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha negado que su administración haya realizado esfuerzos para influenciar la elección presidencial del 2016.
Sin embargo, el informe sugiere que la actitud rusa fue más allá de la guerra psicológica y que hubo una tentativa de invasión de los sistemas de votación propiamente dichos, de acuerdo con analistas.
“Este es nuestro mayor temor”, señaló Joseph Hall, jefe de tecnología del Centro por la Democracia y la Tecnología, quien investiga sistemas de votación.
“Durante 15 años yo mismo y otras personas hemos dicho que nunca confirmamos una tentativa de pirateo de nuestros sistemas de votación. No vamos a decir más eso”, comentó.
El documento publicado por The Intercept surgió de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), con marca “TOP SECRET” y sugiere que piratas cibernéticos llegaron más profundo en el sistema de votación de lo que se había creído previamente.
Sin embargo, el propio documento no saca ninguna conclusión sobre el impacto de los ataques o si afectó el registro de votos.
De acuerdo con Hall, los sistemas de votación pueden ser vulnerables porque muchos municipios se apoyan en empresas privadas de software que no poseen recursos suficientes para bloquear a adversarios cibernéticos con abundante presupuesto.
“Muchas de esas empresas que prestan servicios son pequeñas”, manifestó Hall.
Matt Blaza, un científico de la Universidad de Pennsylvania, señaló a su vez que cualquier penetración en el sistema de elección debería disparar la alarma.
“Hay una distancia muy grande entre decir que ‘los sistemas fueron atacados’ y decir que ‘la elección fue amañada’. Pero igualmente es muy preocupante”, indicó.
Largo plazo
Para Andrew Appel, profesor de la Universidad de Princeton, si el informe es correcto y el ataque cibernético fue perpetrado días antes de las elecciones de noviembre, es posible que haya sido ya demasiado tarde como para influenciar el resultado.
Pero sin embargo, añadió, cualquier tentativa de invadir los sistemas podría tener impacto de largo plazo.
“Si esto ocurre semanas antes de una elección debería ser causa de gran preocupación” por el resultado, consideró.
“Ahora estamos muchas semanas antes de la próxima elección, y si hubiera cualquier penetración rusa o de cualquier otro origen en nuestros programas de control de votos eso seguiría afectando el conteo de votos durante años”, agregó.
Si el número de votos de una urna electrónica es manipulada localmente “no será una cosa obvia, las personas no lo percibirían” a menos que haya un recuento de votos o una auditoría.
Appel señaló que “las elecciones por la red internet son aún más vulnerables, y me alegra que no estemos usando eso”.
Bruce Schmeier, funcionario de IBM y asociado al Centro Berkman de la universidad de Harvard, dijo que el reporte muestra las debilidades del sistema electoral estadounidense.
Este ataque revelado en los documentos de The Intercept “me parecen más exploratorios que operacionales, pero es apenas una pieza. Hay muchas vulnerabilidades”, declaró.
Para el funcionario, los “responsables electorales están en negación. La próxima elección no será mucho más segura que la del 2016”.