BRASILIA, (Gestión/Reuters) .- El Senado de Brasil votará hoy el informe, y aprobado en la Cámara de Diputados, que plantea abrir un juicio político a la presidenta Dilma Rousseff por incumplir las leyes presupuestarias del país.
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Si, como se espera, una mayoría simple del pleno aprueba el proceso, el vicepresidente Michel Temer asumiría como mandatario interino de Brasil, y podría quedarse hasta las elecciones de 2018 si la líder es declarada culpable y finalmente destituida.
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Como última carta para mantenerse en el cargo, Dilma Rousseff pidió este martes al Supremo Tribunal Federal de Brasil que anule el proceso de juicio político que ya fue aprobado por Diputados.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, ha prometido que la Cámara alta decidiría sobre el asunto el miércoles. La votación se realizaría a las 2300 GMT tras una sesión repleta de discursos de distintos senadores.
Ante un panorama sombrío que parece vaticinar el fin de 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de izquierda, al que pertenece Dilma Rousseff, seguidores de la presidenta mantendrán las protestas que en los últimos días han llevado al bloqueo de calles y al encendido de fogatas en Sao Paulo, Brasilia y otras grandes ciudades de Brasil.
Sindicatos y el propio PT convocaron a una huelga nacional para resistir lo que califican como un “golpe de Estado” contra la democracia.
La legalidad de la inminente remoción de Dilma Rousseff fue cuestionada por el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien dijo que buscaría la opinión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
TEMER ASUMIRÍA EL JUEVES
Los opositores a Dilma Rousseff tienen más de los 41 votos necesarios para iniciar el juicio político en la Cámara alta y confían en que llegarán a 54, o dos tercios del Senado, para poner fin al mandato de la presidenta en un proceso que podría durar hasta seis meses.
Si pierde la votación del miércoles, Dilma Rousseff será informada el jueves por el Senado. En ese momento, la suspendida presidenta deberá dejar el Palacio de Planalto, pero podrá seguir viviendo en la residencia presidencial durante el juicio.
En cuanto Dilma Rousseff sea notificada, el vicepresidente Michel Temer asumirá el poder.
El proceso de juicio político se da en momentos en que Brasil está inmerso en su peor recesión desde la década de 1930 y sacudido por un gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras que paralizó el segundo mandato de Dilma Rousseff.
La presidenta ha negado con vehemencia haber cometido un delito que justifique un juicio político y prometió defenderse con todas las armas legales posibles. Dilma Rousseff siempre rechazó los pedidos para que renunciara.
El martes, el senador Delcidio Amaral, un ex aliado clave de Dilma Rousseff que fue arrestado y admitió que participó en una conspiración para obstruir la investigación en Petrobras, fue despojado de su mandato luego de una votación unánime de sus colegas.
Para hacer aún más enrevesado el tema, el presidente interino de la Cámara de Diputados de Brasil, Waldir Maranhao, anunció la anulación de la votación en esa instancia del proceso contra Dilma Rousseff, bajo la argumentación de fallas de procedimiento, pero horas después revocó su decisión.
La marcha atrás de Maranhao finalmente allanó el camino para que el Senado siga adelante hoy con la votación que definirá si se inicia o no el juicio político, tal como estaba previsto.
