(Bloomberg) La mano dura del presidente Donald Trump con los inmigrantes indocumentados creará tensiones en un mercado de trabajo ya ajustado en los Estados Unidos, con un estudio que sugiere que expulsarlos a todos le costaría a la economía hasta US$ 5 billones en diez años.
Eso equivale a la contribución de los millones de trabajadores no autorizados a la economía más grande del mundo: alrededor del 3% del Producto Bruto Interno (PBI) del sector privado, según un reciente informe publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica.
Con un promedio de US$ 500,000 millones en producción al año, la eliminación de todos esos inmigrantes sería como borrar el equivalente a Massachusetts de la economía estadounidense, dijo el coautor del estudio Francesc Ortega.
“Es una cifra alta”, ha declarado Ortega, profesor de economía del Queens College de Nueva York, quien publicó el estudio en noviembre con su colega Ryan Edwards.
“Los trabajadores sin documentos están presentes en toda la economía, incluso aunque estén muy concentrados en sectores como la agricultura, la construcción y la hostelería”.
Cualquier inmigrante sin documentación podría ser deportado ahora, según dos memorandos publicados el martes por el Departamento de Seguridad Nacional, que implementan las órdenes ejecutivas de Trump.
En dichos memorandos, la administración se comprometía a contratar a 15,000 agentes más de patrulla fronteriza y de inmigración, y a comenzar a construir un muro en la frontera mexicana.
En el 2014 había alrededor de ocho millones de inmigrantes no autorizados en los Estados Unidos trabajando o buscando trabajo, y la mayor parte de esta fuerza de trabajo se concentra en California, Texas y Nueva York, según estimaciones del Centro de Investigación Pew.
Probablemente, la mayor parte están en edad laboral, lo que los convierte en alrededor del 5% de la mano de obra estadounidense y el 3.5% de la población total de Estados Unidos. Los inmigrantes no autorizados incluyen a aquellos que entran en el país sin permiso legal y a aquellos que exceden sus visados.
Seguir adelante con los planes de deportación de trabajadores indocumentados afectaría a sectores que ya se quejan de una falta de trabajadores, ha declarado Ethan Harris, jefe de economía mundial de Bank of America Merrill Lynch en Nueva York.
Mercado ajustado
La tasa de desempleo en Estados Unidos fue de un 4.8% en enero, un nivel que algunos economistas consideran que es pleno empleo.
“El problema es especialmente complicado ahora, porque el mercado de trabajo se ha ajustado no sólo en general, sino en áreas en las que uno creería que los inmigrantes indocumentados serían importantes, lo que significa que va a ser difícil cubrir estos puestos de trabajo si se deporta a estos empleados”, explica Harris.
“Hay que pensar en los efectos indirectos cuando se interrumpa la producción en sectores en los que suponen un factor crítico a la hora de que las cosas salgan adelante. Habría un coste de transición, además del coste de una mano de obra reducida”.
Harris calcula que por cada millón menos de trabajadores en la economía, el PBI se reduciría en alrededor del 0.6%. Eso equivale a US$ 94,000 millones, basándonos en el ritmo anualizado de US$ 18.9 billones en el PBI del cuarto trimestre.