David Cameron arrasa en una victoria inesperada en comicios británicos

El argumento de David Cameron ante los votantes fue que había rescatado a Gran Bretaña de la crisis económica para generar el crecimiento más rápido entre las economías más grandes.

David Cameron reiteró una promesa de realizar un referendo por la permanencia en la UE. (Foto: AP)
David Cameron reiteró una promesa de realizar un referendo por la permanencia en la UE. (Foto: AP)

(Reuters).- El primer ministro británico, David Cameron, logró hoy una contundente victoria electoral que dejó muy mal parados a sus oponentes laboristas, contradiciendo las previsiones de que sería la votación más reñida en décadas y conservando el poder por otros cinco años.

La libra esterlina, los bonos y las acciones se dispararon luego de que se despejaron los temores a un resultado no concluyente, que habría obligado a Cameron a compartir el poder con su rival laborista, Ed Miliband.

En cambio, Cameron se reunió con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham para aceptar un mandato para formar el primer Gobierno de mayoría conservadora desde la sorpresiva victoria de John Major en 1992.

Pero pese al resultado inesperadamente contundente, existe mayor incertidumbre sobre si el Reino Unido permanecerá en la Unión Europea e incluso si mantendrá la unidad del país.

Los nacionalistas arrasaron en Escocia y Cameron reiteró una promesa de realizar un referendo por la permanencia en la UE.

“La verdadera razón para celebrar esta noche (…) es que tendremos la oportunidad de volver a servir a nuestro país”, dijo Cameron en la sede de su partido.

El argumento de Cameron ante los votantes fue que había rescatado a Gran Bretaña de la crisis económica para generar el crecimiento más rápido entre las economías más grandes. El primer ministro había advertido que Miliband paralizaría al Reino Unido al darle a los nacionalistas escoceses las llaves del tesoro inglés.

Miliband, que había argumentado que la recuperación beneficiaba a los ricos y la mayoría de la población aún sufría los efectos de la crisis, renunció el viernes como líder de los laboristas. Publicó en Twitter que “la responsabilidad por el resultado es sólo mía”.

El líder laborista fracasó en generar una conexión con los votantes de clase trabajadora o convencer al público de que le podían confiar la quinta economía más grande del mundo.

Cameron volvió sonriendo a la oficina del primer ministro en Downing Street el viernes por la mañana.

Mayoría.
El margen de victoria, que sorprendió incluso a Cameron, implica que ya no necesita a los liberales demócratas con los que ha gobernado desde 2010. Su líder, Nick Clegg, mantuvo su asiento pero renunció a la dirección del partido.

Con un escaño aún por asignar, los conservadores ganaron 330 asientos para tener una mayoría efectiva.

Los laboristas obtuvieron 232 bancas y el Partido Nacional Escocés (SNP) 56 de los 59 escaños para Escocia, desde apenas seis hace cinco años, derrotando a los laboristas de sus bastiones históricos.

Los Liberales Demócratas, que apoyaron a Cameron en el Gobierno desde el 2012, quedaron con apenas ocho escaños de los 57 previos.

El Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP), grupo populista que aboga por la salida del país de la Unión Europea, quedó en el tercer lugar a nivel nacional, pero eso se tradujo en apenas un sólo asiento. Su líder, el carismático Nigel Farage, perdió su propio puesto en el Parlamento y dimitió como líder del partido, pero dijo que buscaría retomar el liderazgo más adelante este año.

“Tsunami” escocés.
La victoria de Cameron también implica que Reino Unido votará como ha prometido si continúa formando parte de la Unión Europea. El primer ministro dice que él quiere permanecer en el bloque, pero sólo si puede renegociar la relación de Gran Bretaña con Bruselas.

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, felicitó a Cameron. Un portavoz de la comisión dijo que ésta revisaría cualquier propuesta británica “de forma cortés, amistosa y objetiva”.

En Escocia, la victoria extraordinaria de los nacionalistas volvió a plantear la cuestión de una división.

Cameron tomó un tono conciliador hacia Escocia, que seguramente le dé su primer dolor de cabeza, prometiendo una mayor devolución de poderes.

Alex Salmond, ex líder del SNP, elegido para representarlo en el Parlamento en Londres, calificó a la victoria del partido como “un tsunami electoral de escala gigante”.

“Va a ser imposible ignorar al SNP y va a ser muy difícil detenerlo”, afirmó.

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