AFP.- Corea del Norte afirmó este viernes haber logrado detonar una cabeza nuclear capaz de ser instalada en un misil, un quinto ensayo nuclear denunciado por Seúl como un acto “de autodestrucción” que deja demostrada la “maníaca imprudencia” del dirigente Kim Jong-Un.
Este ensayo, el más potente jamás realizado por el Norte, según Seúl, agravará las tensiones en la península en donde las ambiciones nucleares y militares del régimen aislacionista ya fueron condenadas en sucesivas ocasiones por la comunidad internacional que decidió imponerle duras sanciones.
Según la prensa oficial norcoreana, este último ensayo permitió a Pyongyang alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para poder armar un misil.
El presidente estadounidense, Barack Obama, reaccionó rápidamente advirtiendo que habría “serias consecuencias”.
En un comunicado, la embajada de Corea del Norte en Moscú precisó que el ensayo no provocó “ninguna fuga de sustancias radiactivas”. Moscú y Washington anunciaron que remitirán el tema a la ONU.
Búsqueda de indicios
Las primeras sospechas sobre un nuevo ensayo las emitieron los sismólogos que detectaron un temblor de 5,3 de magnitud cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreano, en el noreste del país.
El temblor, registrado a las 00H30 GMT, fue señalado cerca de Punggye-ri, el día aniversario de la creación de Corea del Norte, instaurada en 1948.
“Esta explosión de 10 kilotones era casi dos veces más potente que el cuarto ensayo nuclear y levemente menos que el bombardeo de Hiroshima, que tenía unos 15 kilotones”, explicó Kim Nam-Wook de la agencia meteorológica surcoreana.
El ensayo será analizado de cerca por los expertos que intentan determinar si permitió al Norte hacer nuevos progresos y si se trata de una bomba atómica o de una bomba de hidrógeno, mucho más potente.
Los analistas se inclinan, según los datos disponibles, por la hipótesis de que se trata de un artefacto clásico.
Si Pyongyang llegase a fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para equipar un misil y reforzar la precisión, el alcance y la capacidad de sus vectores, se acercaría a su finalidad última: alcanzar objetivos estadounidenses.
Pyongyang había afirmado que su cuarto ensayo nuclear, el 6 de enero, era sobre una bomba de hidrógeno. Esta reivindicación fue puesta en duda por los especialistas, dado que la energía que desprendió la prueba era insuficiente para ser considerada como una bomba de hidrógeno.