Pekín (Reuters).- Los medios de comunicación oficiales de China dijeron que la reelección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos ofrece la oportunidad de recomponer las “irregulares” relaciones que hubo entre las dos principales economías del mundo durante el primer período del mandatario demócrata, que significaron que las confianzas mutuas se vieran “mermadas”.
Un comentario publicado por la agencia estatal de noticias Xinhua poco después de la victoria electoral de Obama parecía indicar una sensación de alivio respecto de que las relaciones bilaterales seguirán en la misma senda, en momentos en que el gigante asiático se encamina a su propia transición de poder.
Sin embargo, el artículo de Xinhua reconoce que asuntos delicados se mantienen pendientes entre ambas potencias. “Dado los dos países han estado cada vez más entrelazados económicamente, un nuevo gobierno de Estados Unidos tal vez debería empezar a aprender a construir una relación más racional y constructiva con China”, dijo Xinhua.
“El nuevo Gobierno de Obama tal vez debería tener en cuenta que una fuerte y dinámica relación entre China y Estados Unidos, sobre todo en materia comercial, no sólo proporcionará inversión a Estados Unidos con ricas oportunidades de negocios, sino que también ayudará a revivir la debilitada economía global”, agregó.
El derrotado candidato republicano Mitt Romney habló duramente en contra de China a lo largo de la campaña y dijo que de ganar declararía a Pekín como un “manipulador monetario” en su primer día como presidente.
Obama, en cambio, adoptó un tono menos combativo. Sin embargo, el año pasado, anunció un “giro” de Estados Unidos en Asia para centrar la atención en la región Asia-Pacífico, lo que tiene desconcertado a Pekín.
Ahora, como presidente reelecto, Obama debe manejar una relación que se ha vuelto cada vez más tensa por una variedad de temas, entre ellos el espionaje comercial y monetario.
“Con las relaciones entre China y Estados Unidos en tal confusión, nadie puede predecir si (Obama) adoptará un enfoque estratégicamente, económicamente y políticamente más benigno hacia China”, dijo Shi Yinhong, director del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad Renmin de Pekín. “Es posible, pero no necesariamente será así”, agregó.
China comienza el jueves su propio proceso de cambio de mando, que sucede una vez por década, con la apertura del 18 Congreso del Partido Comunista. El nuevo presidente del partido probablemente será el actual vicepresidente Xi Jinping, quien asumiría el nuevo cargo en marzo del 2013.