Nicolás Maduro “llega débil” a la presidencia de Venezuela, dada la estrecha diferencia de votos con su contendor Henrique Capriles, lo que podría evidenciar no solo una difícil tarea para “cohesionar a la sociedad”, sino también para hacerlo en el interior del partido “chavista”.
Así lo explicó Baltazar Caravedo, director del Centro de Liderazgo de la Universidad del Pacífico, quien predijo que la administración de Maduro se podría convertir en un gobierno de transición, pues no le quedaría otra alternativa que ponerle fin a un eventual caos social y económico a través de una salida democrática.
Especuló que podría haberse acrecentado las rivalidades entre Maduro y Diosdado Cabello, titular del congreso, quien debió asumir la presidencia tras la muerte de Hugo Chávez.
“En este proceso electoral, ha perdido fuerza la palabra de Maduro, porque no ganó por una considerable proporción. Hugo Chávez lo respaldó, pero eso no es un cheque en blanco ad infinitum”, argumentó.
El único respaldo que aún está pendiente de reafirmar –dijo Caravedo– sería el de las fuerzas armadas: “En el interior de su partido probablemente haya una sensación de descontento. Y él no está recibiendo el respaldo afectivo que requeriría para gobernar. Ni es un líder con mucha estatura. Ni tampoco controla, ni cohesiona al conjunto de la sociedad. Lo veo muy débil”.
Planear salida
El experto de la UP dijo que Maduro “tendría que ver cómo sale, más que cómo se queda” en el poder, como sucedió en Perú con el presidente de facto Francisco Morales Bermudez cuando convocó en 1979 a una asamblea constituyente y a nuevas elecciones, presionado el malestar social y a fin de recuperar la imagen deteriorada de las fuerzas armadas durante el mandato de Juan Velasco Alvarado.
“Maduro tendría que hacer algo parecido. Ya la población venezolana ha tomado posición. Hay sospechas de todo orden y elementos de corrupción de por medio. Y él no tiene la convocatoria ideológica ni la visión que eventualmente tuvo Chávez. Yo lo veo como un gobierno de transición, aunque no se admita”, explicó.
También comparó el actual contexto de Venezuela con la de Perú en el 2000 con la re-reelección de Alberto Fujimori, “sobre todo porque es una situación no muy clara e igual de sospechosa, con un movimiento debajo que le mueve el piso a los actores del Gobierno”.
“Nos podría remitir a una situación como esa en Perú. Ahora, ¿habrá un Toledo en Venezuela con su propuesta de los cuatro suyos? No lo Sé. ¿Acaso será Capriles?”, finalizó.